El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, llevaba meses anunciando que el conglomerado de aerolíneas estaba en posición de invertir, hasta que esta mañana se ha destapado el plan de comprar Norwegian, la compañía noruega que ha revolucionado el negocio de los vuelos de larga distancia con su oferta low cost. La aerolínea deseada transportó 33 millones de pasajeros en 2017, de los que 8,4 millones correspondieron al mercado español.

Desde el punto de vista operativo, las cosas le van bien a Norwegian: crece en pasajeros a doble dígito y compra aviones a un ritmo prácticamente sin precedentes en la industria aérea. Pero el reciente profit warning lanzado en marzo sobre las previsiones económicas abrió dudas acerca de sus cimientos económicos.

Tras las pérdidas de 30 millones declaradas en 2017, la compañía lanzó una ampliación de capital en 1.300 millones de coronas noruegas (135 millones de euros) para sostener sus planes de expansión, que pasan por un alza del 40% en la oferta de asientos para este año. Pero la remontada tardará aún en llegar a la vista de que Norwegian elevó su previsión de pérdidas para el primer trimestre a unos 2.600 millones de coronas noruegas (unos 270 millones de euros), frente a una cifra cercana a los 2.000 millones de coronas prevista por los analistas.

El reciente profit warning, lanzado en marzo, sobre las previsiones económicas abrió dudas acerca de los cimientos económicos de Norwegian

De momento, IAG se ha hecho con un 4,61%, lo que ha motivado que la acción de Norwegian se dispare al calor de una posible opa. Al respecto, IAG asegura que no ha abierto vía alguna de negociación, pero reconoce que es una opción sólida y que tiene intención de contactar con el consejo de administración ya desde la posición de accionista. Norwegian, por su parte, se limita a subrayar que el interés del gigante anglo-español pone en valor la fortaleza de su balance y modelo de negocio.

Norwegian, fundada y dirigida por Bjorn Kjos, cuenta con una flota de 148 aviones, todos ellos fabricados por Boeing, y tiene previstas 25 entregas en este 2018. Entre sus aparatos hay 118 B737-800; seis B737 MAX 8, y 24 B787 Dreamliner. El primero de ellos, un 737-800, llegó a manos de la aerolínea hace diez años.Ya en 2017 se sumaron a la flota los seis primeros B737 MAX 8 de un espectacular pedido en firme de 110 aviones para el largo radio.

Kjos es licenciado en Derecho por la Universidad de Oslo, contando con 20 años de experiencia en la práctica jurídica y un curioso pasado como piloto de caza durante seis años en el escuadrón 334.

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Menor consumo de combustible

Entre el primero de sus aviones y el último en llegar hay, según la aerolínea, una diferencia del 18% en consumo de combustible. Un dato fundamental para rentabilizar el modelo de negocio del low cost y poder ofertar el salto entre Europa y América por un precio cercano a los 200 euros. De hecho, tanto la actual escuadra, con 3,6 años de antigüedad media, como los pedidos en firme representan uno de los activos de interés para IAG ante la aglomeración de encargos de aviones recibidos por los dos grandes fabricantes, Boeing y Airbus. Se trata de aprovechar la mejor eficiencia para recortar en la partida de coste de combustible y, al mismo tiempo, ofrecer capacidad al mercado ante la creciente demanda.

Con 148 aviones de Boeing, cuya antigüedad media es de 3,6 años, cuenta con una de las flotas más modernas de Europa

De forma paralela, una opa triunfadora de IAG sumaría en el fuerte potencial del conglomerado que engloba a British Airways, Iberia, Aer Lingus y Vueling, en los corredores del Atlántico. Un mercado en el que compite con Air France-KLM y el grupo Lufthansa.

La entrada en España de la que hoy es una de las cinco grandes usuarias de los aeropuertos de Aena se produjo en 2003. En la actualidad la escandinava tiene siete bases en este país y ofrece 166 rutas desde 14 aeropuertos: diez nacionales, 154 europeas, seis a EE UU, una a Israel y otra a Marruecos. Su plantilla en España asciende a 2.000 personas.

Fuente: Cinco Días