Los dos pilares que quedaban aún en pie del puente Morandi de Génova (noroeste de Italia), que en agosto de 2018 se derrumbó en parte causando la muerte de 43 personas, fueron demolidos hoy de manera controlada con una espectacular explosión en la que se utilizó cerca de una tonelada de dinamita, informaron las autoridades.

A las 09.37 hora italiana (07.37 GMT) se oyó una sirena y se accionaron los chorros de agua para crear un muro que evitase la difusión de las partículas de polvo, y después, con la explosión de las 15 cargas colocadas, los dos pilares del puente se desplomaron en seis segundos.

Para esta demolición se puso en marcha un plan de seguridad en el que han participado cerca de 400 agentes de las fuerzas del orden, se cortaron todas las carreteras adyacentes y fueron evacuadas 3.500 personas que podrán regresar a sus casas cuando se comprueben los niveles de polvo en el aire y la presencia del amianto que contenía el cemento del puente.

Con objeto de evitar la difusión de estas partículas durante horas se lanzaron litros de agua en dirección al puente y continuarán durante varias horas más.

A la demolición han asistido, además del alcalde de Génova, Marco Bucci, y el presidente da la región de Ligura, Fabio Tosi, miembros del Ejecutivo, como los vicepresidentes Matteo Salvini y Luigi di Maio, y la ministra de Defensa, Elisabetta Trenta.

Bucci aseguró que la demolición, considerada «sin igual» debido a que se ha realizado en pleno centro urbano, fue un «éxito» y añadió que ahora empezará la verdadera reconstrucción, que está previsto termine en la primavera de 2020.

Un consorcio formado por las empresas italianas Salini Impregilo, Fincantieri y Italferr construirá el nuevo puente con el diseño del arquitecto Renzo Piano.

El nuevo puente costará 202 millones de euros y contempla una cubierta de acero de 1.100 metros de longitud, con 19 pilares elípticos separados a una distancia de 50 metros.

El 14 de agosto se derrumbó un tramo del puente Morandi, causando la muerte de 43 personas, un suceso del que el Gobierno italiano culpó de inmediato a la concesionaria italiana Autostrade per l’Italia, porque era la responsable de la gestión y mantenimiento del viaducto.

La Fiscalía de Génova abrió entonces una investigación para tratar de esclarecer las razones del siniestro y actualmente están siendo investigadas veinte personas, entre ellas varios directivos de Autostrade, filial de Atlantia.

Además, cerca de 300 familias han perdido sus casas ya que se encontraban bajo el puente y tendrán que ser derrumbadas.

Fuente: Cinco Días