Hablemos de la República de Nauru. En esta isla clavada en el Pacífico hay 10.000 habitantes famosos por su índice de masa corporal. Más del 90% de la población tiene sobrepeso. Otro dato recurrente es su escasa diversidad animal: no quedan mamíferos nativos (cortesía del frenesí minero). Pero esto es EL PAÍS RETINA así que vayamos al grano: ¿cuántos servidores de internet seguros hay en esta isla, a la que la telefonía móvil llegó en 2009? Uno.

El último galón en la casaca del país polinesio es ser el único registrado en los indicadores de desarrollo del Banco Mundial con un solo servidor seguro de internet. Hay que tener en cuenta que para otros once estados no hay datos. ¿Pero quién tiene 10.000 habitantes, ningún mamífero y un servidor? Nauru.


Distribución global de servidores seguros de internet

Tasa por millón de habitantes

Fuente: Banco Mundial

  • Encriptados hasta las pestañas

La isla está en el extremo opuesto de un mundo donde el número de servidores de internet seguros se ha multiplicado por trece desde principios del milenio. El Banco Mundial incluye en este recuento de servidores -elaborado por Netcraft- aquellos que utilizan tecnologías de encriptación en las transacciones que realizan a través de internet. «Un caso típico es el que se da cuando te conectas a la vez del banco. La información que envías está cifrada, de modo que solo la puede entender el servidor de destino, y aunque alguien la interceptase, no tendría capacidad para ver qué se está intercambiando», explica Pedro Martínez Busto, de Aruba.

Una tercera parte del millón y medio de servidores que había en el mundo en 2016 se concentra en Estados Unidos. ¿Cuántos había en 2001? Unos nada desdeñables 78.000. Pero si nos centramos en la Unión Europea, el incremento es incluso mayor. En 2001 rondábamos los 20.000 servidores de internet seguros. Ahora tenemos más de 500.000, otra tercera parte del total registrado por Netcraft. «Los grandes centros de datos normalmente están concentrados cada vez más en el mundo occidental y sobre todo en ciudades y entornos físicamente seguros», señala Enrique Serrano, director ejecutivo de Tinámica. España acompaña esta tendencia, aunque con menor intensidad: de 938 servidores hemos pasado a casi 20.000.


Evolución de la tasa de servidores seguros

por millón de habitantes

Fuente: Banco Mundial

Sin embargo, seguimos estando lejos de la media europea, que se situaba en 2016 en 996 servidores por millón de habitantes, aunque sí superamos con creces la media global, que estaba en 215. Como sugiere este baile de medias y adelantaba el solitario servidor nauruano, estamos en un mundo indiscutiblemente lleno de servidores que están repartidos de forma bastante irregular. «Los grandes proveedores ya ofrecen el servicio Cloud, con lo que la venta minorista de servidores seguirá cayendo», añade.

La tendencia creciente se mantendrá, sin embargo, constante a lomos de estos grandes fabricantes, que según Serrano tienen la vista puesta en nuevos horizontes. «Están contemplando ir abriendo poco a poco en zonas menos desarrolladas», comenta. La situación actual es la que es: Estados Unidos y Europa se comen dos terceras partes de la tarta del internet seguro.

Tasas globales de servidores seguros por ingresos

por millón de habitantes

Fuente: Banco Mundial

Es más, estas comunicaciones cifradas parecen cosa de países ricos. Aunque en todos los segmentos se registran crecimientos, las tasas de servidores seguros por millón de habitante de los países con rentas medias o bajas palidecen sin remedio ante las de aquellos que tienen ingresos altos. La brecha entre los últimos y todos los demás supera los mil servidores. ¿Y qué? Como muestra, un botón: en 2015, Cuba no alcanzaba ni el servidor entero por millón de habitantes -en estas magnitudes, hasta Nauru tendría 76-. Según un estudio de open access e inclusión en el país, la Universidad de la Havana y la biblioteca nacional citaban esta carencia como la razón principal por la que no podían ofrecer distintos servicios, como la digitalización de sus catálogos.

  • Servidores sin fronteras

Pero parece que soplan vientos de cambio. «Veremos cómo en Oriente Medio se instalarán grandes centros de datos en los próximos años. Y en África también. Latinoamérica, otro tanto. Ahora hay bastante concentración en México y Brasil, pero hay planes de los grandes fabricantes para abrir allí», explica Serrano.

Los engranajes de este cambio tienen dos motores: por un lado, por temas de seguridad y legislación los clientes suelen preferir estar lo más cerca posible del servidor. Por otro, «el concepto de computación distribuida nos lleva a tejer una red, de manera que desde un punto de vista de seguridad, cuanta más capilaridad, más posible es asegurar una alta disponibilidad en caso de caída».

Fuente: El País