La entrada de la competencia con Renfe en las principales líneas del AVE, a partir de diciembre de 2020 traerá también a las vías españolas otros modelos de tren de alta velocidad que se sumarán a los que usa Renfe de los fabricantes Talgo, Siemens y Alstom.

Frecciarossa 1000

El consorcio Intermodalidad del Levante SA (ILSA), empresa controlada por Air Nostrum y Trenitalia, traerá a España el tren Frecciarossa 1000, la estrella de Trenitalia, fabricado por Hitachi-Bombardier. Diseñado para una velocidad máxima de 400 km/hora, su velocidad comercial es de 360 km/hora, y es capaz de alcanzar una aceleración de cero a 300 km/hora en 4 minutos.

En cuanto a la tracción, lleva 16 motores, distribuidos en 8 vagones, convirtiéndose así en un tren con tracción distribuida que aprovecha mejor su adherencia a las vías. Usa aleaciones ligeras para los vagones y el mobiliario interno, a fin de mejorar la relación entre masa y potencia.

Tren Frecciarossa 1000 de Trenitalia.Tren Frecciarossa 1000 de Trenitalia.

Los asientos incorporan monitores integrados, enchufes para PC y conectividad Wi-Fi.

En términos de seguridad, el Frecciarossa 1000 utiliza el ERTMS / ETCS, un sistema tecnológico avanzado para controlar el tren, que supervisa el viaje momento a momento e interviene automáticamente, si es necesario. También está equipado con un sistema de diagnóstico predictivo que monitorea todos los sistemas a bordo y transmite toda la información útil al personal a bordo, el personal de mantenimiento y las salas de control. El tren es compatible con las redes alta velocidad europeas de Francia, Alemania, España, Austria, Suiza, Holanda y Bélgica. En Italia circula desde 2015.

Tren Frecciarossa 1000 de Trenitalia.Tren Frecciarossa 1000 de Trenitalia.

El Frecciarossa 1000 es el primer tren de alta velocidad del mundo que ha obtenido la certificación de impacto ambiental (EPD) porque logra contener 28 gramos de emisiones de CO2 por pasajero-kilómetro. Presume de ser el tren más silencioso y con menos vibraciones producido en Europa, gracias a su resistencia aerodinámica reducida.

Euroduplex

Euroduplex de SNCF.Euroduplex de SNCF.

El Euroduplex fabricado por Alstom es el único tren de alta velocidad de dos pisos lo que le facilita tener hasta un 40% más de pasajeros que un tren de una sola plataforma de longitud equivalente y un ancho similar. Es capaz de transportar en sus ocho vagones hasta los 1.268 pasajeros, a una velocidad de 320 km/hora.

Las salas de pasajeros se pueden adaptar para proporcionar diferentes ambientes a bordo. Ambas cubiertas tienen baños así como portaequipajes a nivel del piso a la vista de los pasajeros. La cubierta superior continua ofrece circulación fluida y sin escalones, acceso al vagón restaurante y vista panorámica para los pasajeros. Con los bogies colocados entre los automóviles y no debajo de los asientos de los pasajeros, el viaje es más silencioso para los clientes, con menos vibraciones.

Euroduplex de SNCFEuroduplex de SNCF

Con la arquitectura articulada del Euroduplex requiere menos bogies y el tren pesa menos. El consumo de energía es, por lo tanto, un 6% más bajo por tren y un 20% más bajo por asiento que un tren de una sola plataforma no articulado. ¡

El Euroduplex opera en Francia, Alemania, Suiza y Luxemburgo. Tiene tecnología de señalización ERTMS integrada y puede funcionar en cuatro voltajes de potencia de tracción diferentes.

Talgo serie 112

Renfe ha elegido al Talgo serie 112 para inaugurar el nuevo AVE de bajo coste que pretende poner en servicio en la primavera de 2020 para la línea Madrid-Barcelona. Su diseño le ofrece mayor anchura que permite una configuración de cinco asientos (3+2) pro cada fila de butacas, elevando las plazas hasta los 400 asientos, más delgados para ganar espacio. Se elimina la clase preferente y el vagón de cafetería.

Talgo 112 para el AVE de bajo coste de Renfe. Talgo 112 para el AVE de bajo coste de Renfe.

La fuerza de tracción se reparte entre una locomotora de cabeza y otra de cola, que mueven doce vagones, a una velocidad de 330 kilómetros por hora.

 

Fuente: El País