«Atlantia ha optado, en beneficio de los intereses del mercado, de la propia sociedad afectada Abertis y de sus accionistas e inversores, solicitar las correspondientes autorizaciones a los Ministerios como manifestación de su respeto por las instituciones Españolas y su mejor disposición a que el proceso de oferta sobre Abertis no se vea ralentizado». Así ha anunciado en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la italiana Atlantia que ha decidido ceder ante las exigencias del Gobierno español y solicitar autorización para lanzar la oferta de compra sobre la española Abertis.

Atlantia ha pedido ya las autorizaciones (que han recibido en ambos ministerios) «ante la evidente importancia que los referidos Ministerios otorgan a la presentación de sendas solicitudes de autorización gubernamental por parte de los oferentes en la opa de Abertis, y aun reiterando su posición jurídica expresada en el Folleto de fecha 5 de octubre».

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La empresa italiana trata de cerrar el pulso que había abierto con el Ministerio de Fomento y el de Energía. Ambos departamentos advirtieron de que, al tener Abertis participación de control sobre la empresa de satélites Hispasat y sobre concesiones públicas (autopistas), una oferta de compra exigía pedir permiso al Gobierno. Pese a las advertencias, la empresa lanzó su opa por 16.341 millones de euros y el regulador bursátil, la CNMV, la aceptó el 9 de octubre. Poco después la española ACS lanzó una contraopa de 18.600 millones, y sí solicitó permiso.

El pasado 7 de diciembre, el Ministerio de Fomento y el de Energía lanzaron una dura advertencia: enviaron sendos requerimientos a la CNMV exigiendo que se anulara la opa de Atlantia, porque no tenía los preceptivas autorizaciones. La oferta pública de adquisición por Abertis adquiría tintes de conflicto diplomático. Atlantia se resistía a pedir permiso en España, pese a haber pedido ya autorización en otros 10 países donde opera Abertis, entre ellos Brasil y Chile.

La compañía había analizado junto a la CNMV la posibilidad de que fuera la propia Abertis la que solicitara la autorización para transferir esos activos. Pero la compañía italiana opta por no poner en este compromiso a la concesionaria española. Al final pide directamente la autorización, aunque se reserva acciones legales si no sale bien la operación.

La empresa, ha comunicado que «subraya su plena confianza en el buen funcionamiento de las Instituciones españolas y en su evaluación neutral, eficiente y objetiva de las solicitudes de autorización administrativas al tratarse de una operación de dimensión comunitaria». Pero añade: «Sin perjuicio de lo anterior, Atlantia hace expresa reserva de sus derechos para la debida protección de sus intereses legítimos y respetuosamente manifiesta que la solicitud de las autorizaciones en nada desvirtúa ni modifica la posición jurídica de Atlantia previamente manifestada a este respecto».

Fuente: El País