La revolución tecnológica que presenciamos hace que casi cada dato sea relevante. Sofisticados algoritmos sacan partido a combinaciones de bytes en múltiples dimensiones. La financiera es una de las principales. La digitalización en los servicios bancarios puede suponer ventajas como menores costes, mayor competencia, productos más personalizados e inmediatos e, incluso, mayor inclusión financiera de colectivos desfavorecidos.

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Paradójicamente, una de las dificultades para conocer cómo avanza la digitalización financiera es que no existen estadísticas recurrentes y sistematizadas. No obstante, algunas iniciativas recientes están permitiendo tomar el pulso a la realidad financiera digital española. La semana pasada se presentó el Barómetro de Innovación Financiera del Observatorio de la Digitalización Financiera (ODF) de Funcas, un proyecto en colaboración con Finnovating, que ofrece datos sobre la ya palpable transición hacia una nueva industria financiera en España. Algunos de los avances se producen a tal velocidad que bastantes usuarios, sin saber que es el FinTech, el blockchain o un iniciador de pagos, los están usando ya casi a diario.

El barómetro muestra que aunque es habitual que los españoles trabajen con más de un banco, el 80% realiza tres de cada cuatro operaciones con su entidad principal. Además, el 87% considera que su banco le proporciona alternativas digitales a los servicios tradicionales. Y parece también que esa percepción negativa de los bancos arrastrada por la crisis se ha relativizado. La nota media que el español concede a su entidad principal es 7,3 sobre 10. Aún así, los cimientos competitivos del mercado se mueven. El 55,7% de los clientes estarían dispuestos a cambiar de banco si otro le ofreciera alternativas más convenientes y señalan a las entidades estrictamente digitales como principal opción de cambio. En todo caso, queda terreno por delante para la transformación de la demanda porque, de momento, solo el 41% de los clientes está dispuesto a realizar una operativa íntegramente digital.

¿Están los bancos respondiendo a ese cambio en la demanda? ¿Se pasará de la banca relacional física a una interacción algorítmica? El barómetro de ODF sugiere que parte de ese cambio está en ciernes pero algunos detalles de la nueva relación banca-cliente están por definirse. Más de la mitad de los directivos encuestados sugieren que dentro de un año la situación del sector bancario español será mejor que la actual y que, a diferencia de lo que podría pensarse, no es la rentabilidad, ni la abrumadora regulación el mayor reto de su banco, sino la transformación digital. Del 1 al 10, consideran que la digitalización de su entidad es aún de un 6. Tal vez lo más relevante es que ya no consideran que otros bancos tradicionales sean sus mayores competidores a un año vista. El 38% apunta a las BigTech como Google, Facebook o Amazon y el 32% a otras FinTech y a bancos estrictamente digitales.

Si esta transformación no se produce más rápido es porque demanda y oferta deben ir de la mano y porque el componente relacional entre un cliente y su entidad financiera debe reprogramarse pero nunca perderse.

Fuente: El País