La aseguradora francesa Axa está pagando un alto precio para prepararse para el futuro. El grupo ha ofrecido 12.420 millones de euros a su competidora XL Group para reforzar su cobertura por tormentas y otras catástrofes. El ahorro en costes no parece justificar el precio, mientras que la reducción de la deuda dependerá de que tenga éxito la oferta pública inicial (OPI) de la rama estadounidense de Axa. Es un precio considerable para la diversificación.

Las grandes adquisiciones no han caracterizado la reciente historia corporativa de Axa, por lo que la compra de XL muestra la intención del nuevo director ejecutivo, Thomas Buberl, de cambiar el rumbo de la empresa. Su histórica dependencia del ahorro y de los seguros de vida hace que esté sufriendo tasas de interés ultrabajas, mientras que la regulación europea Solvencia II premia a las aseguradoras más diversificadas, tanto en lo geográfico como en la línea de negocio.

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XL parece ofrecer un buen ajuste en ambos aspectos. La compañía asegura contra tormentas y huracanes y reasegura esos riesgos en nombre de otros. Si el acuerdo prospera, Axa generaría la mitad de sus ingresos gracias a los seguros de hogar y de accidentes, frente al 39% de 2016, y también ayudaría a reducir los requisitos de capital de XL.

Sin embargo, estos beneficios tienen un alto coste. La oferta de Axa de 46,78 euros por acción de XL, una prima del 33% sobre el precio de cierre de los títulos de la compañía el pasado viernes, inflado por las especulaciones de una oferta de Allianz, su rival alemán. La prima de 3.000 millones de euros contrasta con unos ahorros en costes de 162 millones previstos por año, y gravada al 25%, tendría un valor actual de solo 1.218 millones.

Además, la financiación del acuerdo requiere que Axa obtenga un buen precio para su unidad en Estados Unidos, que se prepara este año para una OPI. Para recaudar los 6.000 millones requeridos y retener una participación mayoritaria, Axa necesitará una valoración cercana a los 13.000 millones.

La caída del 9,7% en la cotización de las acciones de Axa ayer implica que los inversores están lejos de estar convencidos de los beneficios de la fusión. La empresa tendrá que hacer un esfuerzo muy grande para conquistarlos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Elisa Castillo Nietoes responsabilidad de CincoDías.

Fuente: Cinco Días