Bankia ha anunciado hoy un profundo cambio en su organigrama, que supone aumentar en cuatro personas el comité de dirección, además del relevo en alguna de las áreas clave de la entidad. La banca de particulares, hasta ahora controlada por Fernando Sobrini, pasa a depender de Eugenio Solla, hasta el momento responsable de la zona este. Asimismo, se ha nombrado Leopoldo Alvear como director general adjunto de riesgos, un cargo que hasta ahora no estaba en el comité de dirección.

Sobrini, por su parte, ha pasado a ser responsable de participadas y negocios asociados, y de él dependerá también la gestión de activos y la banca privada. Esta nueva división se llamará dirección de gestión de activos y participadas. El actual responsable de empresas participadas, Joaquín Cánovas, ex consejero delegado de BMN, saldrá de la entidad «tras el traspaso ordenado de funciones», ha comunicado la entidad.  También salen de la entidad Juan Chozas, secretario general de empleo en la segunda legislatura de José María Aznar (hasta ahora director de personas) y Juan Carlos Estepa, directivo experto en riesgos fichado de BBVA en 2012 .

Las direcciones financiera y de intervención se han fusionado en una sola dirección general, con Leopoldo Alvear como primer ejecutivo de este área, denominada dirección financiera y que hasta el momento no tenía asiento en el comité de dirección.

Asimismo, se crea la dirección general de transformación y estrategia digital, al mando de Carlos Torres García. Este área también estaba fuera del comité de dirección al igual que la de riesgos de crédito. Esta división seguirá estando bajo el mando de Manuel Galarza, que no obstante entra en el comité de dirección. Al frente de la dirección de riesgos se ha nombrado a Sergio Durá.

Se crea la dirección general de personas y cultura (anteriormente dirección general de personas), y se nombra a David López Puig director general adjunto, además de miembro del comité de dirección.

El presidente, José Ignacio Goirigolzarri, ha explicado que “esta reorganización es el inicio de un nuevo ciclo de Bankia, un ciclo para el que contamos con una organización más volcada en el cliente, más ágil y con mayores niveles de autonomía y ambición en nuestros equipos”.

 “Con estos cambios ­-ha añadido Goirigolzarri-, buscamos una organización que esté más centrada en el apoyo a la red y, por tanto, en los clientes; que nos prepare para enfrentarnos al futuro; que sea más meritocrática, y que sirva de revulsivo para el banco a corto y medio plazo”.

Fuente: Cinco Días