El expresidente de BBVA, Francisco González, fue el ejecutivo que más cobró del banco en 2018, con un total de 4,058 millones de euros, un 2,92% más que el año anterior. Sumó un sueldo de 2,475 millones y retribuciones variables por 1,565 millones (992.000 euros y unas 128.000 acciones), correspondientes a 2017 y años anteriores.

En cuanto a las retribuciones correspondientes a 2018, González todavía no las ha cobrado, como se ha encargado de destacar el propio banco. Son 528.000 euros más 110.814 acciones del banco, que se corresponden con el 40% de la retribución variable que se desembolsa inicialmente (en el caso de los actuales consejeros ejecutivos, durante el primer trimestre del año). El 60% restante, 1,32 millones de euros, se cobrará de forma diferida durante cinco años.

El banco, además, también ha indicado que los pagos variables están sujetos tanto al citado diferimiento como a la prohibición de venta de las acciones en el año posterior a su recepción. Asimismo, «con arreglo al mismo sistema de liquidación y pago aplicable a los consejeros ejecutivos», existen cláusulas que permiten bien reducir la retribución variable después de su asignación (cláusula malus) bien la reclamación de ésta por parte del banco (cláusula clawback). 

La entidad no ha especificado qué tipo de cláusulas se aplican al contrato de González. No obstante, en el informe de retribuciones que aprobará la junta de accionistas, y que detalla los mismos criterios de diferimiento en el pago y no transmisibilidad de las acciones, sí detalla las circunstancias que pueden desatar estas cláusulas, «ligadas ambas a un deficiente desempeño financiero del banco en su conjunto o de una división o área concreta o de las exposiciones generadas por un consejero ejecutivo». 

En concreto, se activarán cuando dicho desempeño deficiente esté ligado a «conductas irregulares, fraude o incumplimientos graves del Código de Conducta y demás normativa interna aplicable por parte del consejero ejecutivo», «sanciones regulatorias o condenas judiciales por hechos que pudieran ser imputables al consejero ejecutivo», «fallos importantes en la gestión de riesgos […] a los que haya contribuido la conducta dolosa o gravemente negligente del consejero ejecutivo» o la «reformulación de las cuentas anuales del Banco, excepto cuando venga motivada por una modificación de la normativa contable de aplicación».

El banco ha abierto una investigación interna para aclarar los posibles contratos al ex comisario Villarejo en la etapa de la presidencia de González. La investigación ha revelado que sí se contrató al comisario, si bien todavía no ha encontrado pruebas, según el banco, de que por orden del actual presidente de honor se pinchasen teléfonos, como han revelado algunos medios de comunicación. La entidad ha contratado a dos despachos de abogados, Garrigues y Uría, y a la consultora PwC para que lleven a cabo la investigación.

El banco reconoce, además, en su informe de gobierno corporativo que «podría estar inmerso en investigaciones por las autoridades judiciales» por el caso, si bien hasta el momento, no se ha recibido «ninguna notificación formal al efecto, en relación con la contratación de actividades presuntamente irregulares».

Además de los salarios fijo y variable, el actual presidente de honor del banco tiene acumulados 79 millones de euros en el plan de pensiones pagado por la entidad, si bien en 2018 BBVA no hizo aportaciones a éste.

Fuente: Cinco Días