Mike Bloomberg dice que trataría de vender su imperio de datos financieros si gana la presidencia de EE UU en 2020. Por suerte para él, hay dinero en abundancia en el mercado.La venta de Refinitiv a Blacks­tone por parte de la matriz de Breakingviews, Thomson Reuters, podría servirle de ejemplo.

El banco de inversión adquirió hace dos meses un 55% del archirrival de Bloomberg en una operación que valoró el negocio de datos financieros de Thomson Reuters, rebautizado como Refinitiv, en 20.000 millones. Fue la mayor compra desde la crisis, y los 14.500 millones de deuda que financiaron el acuerdo fueron sobresuscritos por los inversores potenciales.

Los ingresos de Bloomberg son en torno a dos tercios mayores, unos 10.000 millones, según CNBC. Con un margen de ebitda del 40%, que es el que genera el negocio según Recode, y con una valoración de 10 veces esa cifra de beneficios – justo por debajo de la de Refinitiv–, valdría 40.000 millones. Siguiendo con el modelo Refinitiv, en el que tres cuartas partes de la operación se financiaron mediante apalancamiento y el dueño original mantuvo un 45%, un comprador de un 55% tendría que emitir un cheque de capital de unos 5.500 millones y ayudar a encontrar unos 30.000 millones en deuda.

Son cifras desalentadoras, especialmente tal como están los mercados de deuda. Pero el dinero abunda. Las firmas de capital privado tienen en torno al billón de dólares en la recámara, según Preqin, y pueden incorporar gigantescos fondos de pensiones y soberanos como socios, como hizo Blackstone con Refinitiv. Carlyle es un candidato lógico para comandar una compra: acaba de recaudar 18.500 millones, y le permitiría alardear ante su rival Blackstone, de mayor tamaño. El copresidente David Rubenstein presenta un programa en Bloomberg TV.

Plantear la venta puede que no dé mucho crédito electoral a Bloomberg, pero contrastaría con Donald Trump, que puso sus negocios en manos de sus hijos cuando llegó a la presidencia, y daría a Bloomberg aún más dinero para alimentar sus ambiciones políticas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días