Un total de 11.000 millones de reales (unos 2.500 millones de euros) ha sido bloqueado desde el viernes de las cuentas de Vale, empresa propietaria de la represa minera cuya rotura ha provocado al menos 37 muertos y más de 250 desaparecidos.

La Justicia decidió la noche del sábado el bloqueo de otros 5.000 millones de reales (unos 1.326 millones de dólares) para garantizar recursos y reparar los daños ocasionados a las víctimas de la tragedia de Brumadinho, localidad del estado de Minas Gerais, en el sureste de Brasil .

A ello, se suman otras dos decisiones adoptadas por los tribunales desde que se produjo la tragedia. En la primera de ellas, promovida por el Gobierno de Minas Gerais, la justicia de ese estado paralizó 1.000 millones de reales (unos 265 millones de dólares) con el fin de resarcir a las víctimas, mientras que el sábado, a petición del Ministerio Público, fueron bloqueados otros 5.000 millones de reales por daños ambientales.

Además de los cerca de 3.000 millones de dólares bloqueados hasta el momento, la compañía ha recibido dos multas: una del Instituto Brasileño de Medio Ambiente de 250 millones de reales (67,5 millones de dólares) y otra del Gobierno de Minas Gerais de 99 millones de reales (26,7 millones de dólares).

La agencia Standard & Poors (S&P) ha anunciado que ha puesto a la empresa en observación y podría rebajar la nota de crédito varios niveles, debido a las obligaciones financieras que la compañía deberá asumir. Los mercados también han reaccionado a la tragedia y el pasado viernes, cuando ocurrió el desastre, aunque la bolsa de Sao Paulo no operó por ser festivo en la ciudad, los títulos de la compañía registraron una caída del 8 % en los parqués estadounidenses.

Privatizada por el Gobierno brasileño en 1997, Vale es una de las grandes empresas de Brasil y una de las principales mineras del mundo, con operaciones en más de 30 países. Además de ser la mayor exportadora mundial de hierro, es una destacada productora de níquel y otros minerales como potasio y cobre y es considerada una compañía estratégica por el Gobierno de Brasil, que controla una parte sustancial de las acciones con derecho de voto.

La firma ya se vio implicada hace tres años en una catástrofe similar, ocurrida en una de las minas de su subsidiaria Samarco en el estado de Minas Gerais, en la que murieron diecinueve personas al romperse un dique.

Fuente: Cinco Días