La investigación de la Comisión Europea se centra en Inter Ikea Systems, la filial en Holanda de Ikea. La compañía montó una red de franquicias en los años ochenta que transfieren a esa matriz la facturación que se realiza en cada mercado. Estas franquicias operan únicamente pagando una serie de derechos de uso de la marcha y gestión. Y la matriz holandesa es la que paga impuestos sobre las ventas en todo el mundo, con un sistema ventajoso. Para la Comisión, las decisiones fiscales adoptadas por las autoridades holandesas en 2006 y 2011 redujeron los beneficios imponibles de Inter Ikea Systems en Holanda. Y eso podría suponer una ayuda de Estado.

«Todas las empresas, grandes o pequeñas, multinacionales o no, deben pagar su parte justa de los impuestos. Los Estados miembros no pueden dejar que las empresas seleccionadas pagar menos impuestos permitiéndoles cambiar artificialmente sus ganancias en otro lugar. Ahora vamos a investigar cuidadosamente el tratamiento fiscal de los Países Bajos de Inter IKEA», ha avanzado la Comisión Europea.

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A la Comisión le preocupa que las dos resoluciones impositivas (de 2006 y 2011) que aplicó Holanda a Ikea hayan dado a la compañía una posición injusta ventaja en comparación con otras empresas sujetas a las mismas normas fiscales nacionales en Países Bajos. Esto infringiría las normas de la UE sobre ayudas estatales.

Holanda ha asegurado que «cooperará completamente con la investigación [de la Comisión] para determinar si se concedieron ayudas estatales», indicó a la AFP un alto responsable holandés en Bruselas. En un informe publicado en febrero de 2016, los eurodiputados de los verdes ya habían señalado a la Comisión una «estrategia de planificación fiscal agresiva» del gigante sueco. Según aquel informe, el entramado de fundaciones y filiales en los países europeos más permisivos habían ayudado a Ikea a ahorrarse 1.000 millones de euros en seis años en impuestos también tiene su aquel.

Fuente: El País