Pablo Sánchez Pérez, de 42 años, lleva exactamente “ocho días” al frente de MyTaxi cuando concede esta entrevista a Cinco Días. El directivo viene a reforzar la posición de la aplicación para pedir taxis a través del móvil en el mercado español “para hacer de España uno de los motores de crecimiento de la compañía”, tal y como explicó la empresa en su nombramiento. No en vano, España ha sido el primer país de los 11 en los que opera la filial de la automovilística Daimler en fusionar efectivamente las app competidoras Hailo y MyTaxi (la segunda compró a la primera en julio de 2016).

El perfil de Sánchez está claramente volcado en la innovación en las nuevas tecnologías. Despues de haber desarrollado su carrera profesional en compañías de las tecnologías de la comunicación como Microsoft o Vodafone, trabajó como director de Innovación en Huawei durante más de seis años. “Iremos aportando más servicios de valor añadido progresivamente a la aplicación”, apunta Sánchez.

¿Cómo es la situación actual de MyTaxi En España? ¿Cómo está creciendo en términos de facturación, taxis, pasajeros?

Por política de empresa y por ser una filial del grupo Daimler, hay determinados datos que no podemos dar. Seguimos creciendo, casi semana a semana. Se ve en la aceptación por parte de los usuarios y de los taxistas. Ahora mismo, tenemos unos 7.600 taxistas afiliados entre Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.

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¿Qué tasa de crecimiento han registrado en el último año?

Entre un 20% y un 30% en afiliaciones. Esperamos seguir creciendo este año. Nuestro objetivo es que cada vez que un pasajero solicita el servicio, lo podamos cumplir con los mayores estándares de calidad. Ahora mismo, en la ciudad de Madrid, estamos en un tiempo de espera medio de entre 2:30 y 4 minutos.
De media, nuestro servicio aporta el 30% de la facturación mensual de nuestros afiliados. Nuestra meta es crecer dentro de este porcentaje, entendiendo que aportamos al taxista es una manera más eficaz de ofrecer sus servicios. Estamos ahorrando tiempos de espera, viajes en vacío, lo que ayuda a reducir sus costes.

¿Entrarán en alguna otra ciudad española en 2018?

Esperamos crecer el año que viene a otros destinos pero todavía no hemos decidido en qué ciudades. La ciudad ideal para MyTaxi depende del número de viajes que se realicen, la flota disponible, factores demográficos, clima pero también intentamos medir la capacidad tecnológica, es decir, la adaptación a soluciones tecnológicas de la que son capaces tanto los taxistas como los propios pasajeros.

MyTaxi ha puesto en marcha en los últimos meses ofertas muy agresivas en cuanto a descuentos de precios en las ciudades en las que opera, como los dos meses en los que hacía un descuento del 50% en todos los viajes las 24 horas del día en Madrid y Valencia o esta misma rebaja para los trayectos al aeropuerto en Barcelona. ¿Por qué se ponen en marcha estas medidas? ¿Qué resultado han obtenido?

Las campañas de descuento eran puntuales y temporales y tenían el objetivo de dinamizar el sector en general. Nuestro objetivo era conseguir que gente que se había olvidado de lo que es el servicio del taxi volviera a ver la comodidad, la idoneidad y la conveniencia del transporte.

¿Es una manera de apoyar a vuestros afiliados en conflictos con plataformas como Uber y Cabify, una manera de reforzar sus servicios frente a los VTC?

En este caso, no es una apuesta para bloquear ciertas soluciones. Pretende dinamizar al sector al completo, sean de nuestra plataforma o de otras. Hay muchos perfiles sociodemográficos que no estaban acostumbrados a estos servicios y que veían en el precio una barrera. Una vez que lo han cogido y han podido comparar, han empezado a usarlo, ya sea con nuestra aplicación o levantando la mano en la calle.

Precisamente estos sectores sociodemográficos con mucha absorción tecnológica suelen optar por VTC frente a servicios de taxi porque piensan que son más baratos, más limpios, más cómodos… ¿Qué aportan estas campañas ?

Nuestro objetivo es tratar de ayudar a todo el sector del taxi a evolucionar a una era tecnológica totalmente distinta. Su modelo de negocio tiene que tener en cuenta un análisis de costes que tenga en cuenta que el tiempo que está parado o en vacío no renta.

¿Ha crecido el número de clientes con estas ofertas?

Sin el dato exacto, sí ha subido pero no exponencialmente. El objetivo es que esta subida sea sostenible. Queremos una tendencia a la alza, no picos.

¿Qué tiene que cambiar el sector del taxi para competir en este nuevo entorno?

El taxi tiene la actitud y las ganas de evolucionar, aunque a veces cueste verlo. Desde MyTaxi, pretendemos ayudar a que evolucione.

Sin embargo, la percepción del gran público es que el taxi es un sector inmovilista y no quiere cambiar.

En ciertos momentos, es un tema de comunicación, enfriando esa pasión y exponiendo los argumentos. Desde MyTaxi lo que proponemos no es ni un inmovilismo ni una liberación plena. Ninguno de los dos casos es bueno. Lo que proponemos es una flexibilización de esas condiciones, de manera que se pueda competir de una forma equitativa.

Proponemos una ayuda para simplificar las tarifas del taxi de manera que el usuario perciba una mayor transparencia, una flexibilización en los horarios para que, dentro de unos límites de seguridad, se puedan adaptar a los picos de demanda. Buscamos una flexibilización de las normas para que podamos adaptarnos juntos, los taxistas, la tecnología y las administraciones a las necesidades de los pasajeros y del sector.

¿Qué opina de la sentencia del Tribunal de la Unión Europea contra Uber, en la que la declara una empresa de transporte?

Es un momento muy importante para aclarar y unificar las reglas de juego. Desde MyTaxi, lo que buscamos es cumplir escrupulosamente todas las reglas de los países donde operamos pero también las normas locales de cada una de las ciudades. Y esto es lo que refleja esta sentencia: que cualquier empresa ha de cumplir escrupulosamente con las normas del territorio en el que opera y del servicio que presta.

El sector del taxi tiene que competir con los nuevos operadores y hay intención e interés. Tenemos que mirar que podemos hacer para mejorar y luego mirar las reglas. Lo cierto es que tiene que haber unas reglas que sean justas y equitativas para todos y eso es lo que se busca. Una flexibilización de la normativa actual en precios y horarios les permitiría competir de manera más justa.

¿Cuáles son las claves para la movilidad futura en las ciudades?

Lo primero, es un entorno regulatorio claro, seguro, justo y equitativo para todos los actores. Pero sí hemos visto, tras la presentación de nuestras propuestas para la flexibilización de las normas del taxi en el Foro de Movilidad que celebramos hace dos semanas, es un cierto alineamiento y muchas ganas por parte de la Administración de entrar en el debate. Por parte del ayuntamiento de Barcelona, ya hemos visto que muchas de estas conclusiones estaban también dentro de su planificación y en cuanto la situación lo permita, podremos ahondar en ellas y en la búsqueda de otras soluciones como el taxi compartido. Analizaremos el modelo y veremos si realmente encaja.

Nosotros ya tenemos el modelo de taxi compartido funcionando en Varsovia, con el nombre de MyTaxi Match y lo que tenemos que ver ahora todas las partes es si el servicio tiene sentido en todas las ciudades de España, si encaja en la legislación y si no, trabajar juntos para crear una normativa que sí permita estos trayectos compartidos.

El coche del futuro será eléctrico, compartido y autónomo. Esto es un reto para los conductores profesionales. ¿Cómo ven este futuro y qué pueden aportar para ayudar a los taxistas a adaptarse a este futuro no muy halagüeño para su profesión tal y como la conocemos?

Yo creo que hay muchos pasos antes de llegar ahí. Hay una gran tendencia hacia este camino, desde el punto de vista de la conducción autónoma pero también de combustibles alternativos para solucionar el problema de la contaminación en las ciudades. Si que parece que la figura del taxista va a cambiar de ser un conductor sentado todo el día en el vehículo a un gestor de flotas autónomas en remoto pero este entorno, con unas licencias que garantizan un servicio público, ha de evolucionar en conjunto.

Dentro de la evolución del taxista al gestor de flotas, hay muchos pasos intermedios: mejorar el servicio al cliente, digitalizar la información del coche y los clientes, el uso de los datos para mejorar la eficiencia… Todo esto nos prepara para un futuro coche autónomo o incluso volador. Todo esto llegará pero todavía estamos en la evolución.

De hecho, ahora hay que articular una serie de medidas para que todos los avances de coche semiautónomo (e-call, cambio de carril, distancia de seguridad, frenada) llegue a los taxistas. Para eso hay que renovar las flotas con otros vehículos que requieren una inversión mayor y otro tipo de estándares. Tenemos previsto sentarnos a discutir con la Administración sobre cómo llevar esto adelante, qué tipo de ayudas podría haber para renovar esas flotas de taxi.

También hacia vehículos eléctricos

Sí, estamos evolucionando las conversaciones con las administraciones aportando información sobre usos, clientes y necesidades para poder evolucionar. Por ejemplo, en términos de infraestructura de recarga, si tienes claro cuáles son las rutas más usadas, puedes instalar puntos que resulten cómodos, de manera que el taxista pueda cambiar a un vehículo eléctrico sin que eso perjudique a su operativa ni tener horas paradas para cargar o flexibilizar estos horarios para que puedan esperar la carga.

Fuente: El País