Una vez terminada la huelga del taxi y con las negociaciones con las comunidades autónomas fuera de las portadas de los periódicos, Cabify avanza en su plan para salir a Bolsa. El objetivo es formar en los próximos meses el ejército de bancos de inversión que llevarán de la mano al primer unicornio español a debutar en el mercado, en principio, antes de fin de año. Las valoraciones preliminares parten de los 1.400 millones a los que se tasó la compañía en su última ronda de financiación, hace ahora un año.

El equipo directivo de Cabify ha intensificado en los últimos meses las reuniones con los principales bancos de inversión que operan en España, según indican fuentes financieras a CincoDías. Estos contactos aún no han cristalizado en ningún mandato a ninguna entidad concreta, pese a que Morgan Stanley ha sido el asesor de referencia para sus anteriores rondas de financiación.

Cabify ha declinado hacer comentarios sobre esta información. Fuentes de la compañía ya afirmaron tras el verano que trabajaban por debutar en la Bolsa española “en 18 meses”, pese a que se llegó a especular con una operación en otros mercados, como el Nasdaq.

El plan de la compañía pasa por intentar salir a Bolsa antes de fin de año y aprovechar así la ventana de liquidez que se abre en el mercado entre octubre y diciembre. Esta hoja de ruta depende de varios condicionantes externos. Por una parte, que las negociaciones entre el sector del taxi y la Comunidad de Madrid certifiquen la victoria de las licencias de VTC (vehículos de turismo con conductor) de la semana pasada y culminen en un acuerdo que no dinamite su modelo de negocio. Más complicada es la situación en Cataluña, pese a que el organismo de Competencia de esta Comunidad Autónoma haya rechazado el requisito de precontratación que ha impuesto el último decreto de la Generalitat.

El Banco Interamericano de Desarrollo inyecta 62 millones

Cabify se ha propuesto crecer en América Latina para tratar de convencer a los mercados de que es una empresa lo suficientemente global como para que la nueva normativa en Cataluña no ponga en jaque su modelo de negocio. Esta semana ha rubricado un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, por el que le ha concedido un préstamo por 62 millones de euros a través de su gestora de fondos de capital riesgo, Bid Invest. Es la primera operación de este vehículo en empresas de transporte urbano y su objetivo es dar soluciones a las disparidades económicas y los retos sociales y ambientales de América Latina. La inversión se enfocará en la mejora de la movilidad urbana, la optimización de la calidad del servicio y el fomento de la innovación, con un plan para mejorar las condiciones de empleo de los conductores que aumente su inclusión financiera y ayude en la obtención de beneficios sociales.

Fuentes financieras indican que un varapalo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) o de los Tribunales a esta norma abriría una oportunidad perfecta para que la empresa despejase las dudas de los inversores sobre su modelo de negocio.

En estos primeros contactos la banca incide en la necesidad de potenciar el área de Latinoamérica para reducir la dependencia de las tribulaciones espñaolas. Ya opera en otros 11 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay. Sin embargo, la creciente competencia al otro lado del Atlántico de Uber y Didi (tras la compra de la compañía 99 Taxis) añaden sombras a sus prespectivas de negocio en la región.

“Estos problemas no ayudan porque ponen en cuestión su negocio en España. Si logra revertir la situación, la operación será un éxito. Es un tipo de compañía más fácil de vender en un road show ante grandes fondos que una más tradicional como Cepsa o Ibercaja, pues no tiene comparables en Europa y está en un sector con mucho potencial”, apunta uno de los banqueros de inversión que se ha reunido con la cúpula de Cabify. Uber y Lyft ya han comunicado su intención de empezar a cotizar en Wall Street este año, lo que marcará el camino a Cabify.

El botón de la venta lo podrán presionar sus dos principales inversores de cuando decidan recoger los frutos de su ineversión. Uno de ellos es Seaya Ventures –el fondo de capital semilla dirigido por Beatriz González, hija del presidente de honor de BBVA, Francisco González–, que entró ya en la primera ronda de financiación de Cabify, en 2014, y ha sido un inversor fijo en el resto de las siguientes, según la publicación Techcrunch. El otro es Rakuten. El brazo inversor del gigante japonés del comercio eléctrónico ha sido el responsable de la expansión de Cabify. Ha liderado las últimas cuatro rondas y está presente en la compañía desde 2015. Este fondo es también un accionista de referencia de Lyft, lo que ha hecho correr los rumores de una posible fusión para desafiar a Uber.

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Fuente: El País