La negociación del Brexit parece lejos de cerrarse tras el enésimo desencuentro entre Theresa May y Jeremy Corbyn, y la guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha recrudecido en las últimas horas, pero mientras los mercados contienen la respiración, los ministros de Finanzas europeos ven luces en el horizonte. La titular española del ramo, Nadia Calviño, ha afirmado este viernes a la salida del encuentro con sus homólogos continentales en el Ecofin, que percibe «más optimismo que en reuniones precedentes».

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El impulso de Alemania en los primeros tres meses del año, con un avance del PIB del 0,4%, ha apartado, al menos temporalmente, los fantasmas del segundo semestre de 2018, donde la principal economía europea estuvo a punto de entrar en recesión e Italia incluso cruzó esa frontera al sumar dos trimestres consecutivos en negativo. «Ha habido sorpresas positivas», celebró la ministra. «Parece que el problema que se dio en el mercado de los automóviles va paulatinamente resolviéndose. La evolución de la primera economía de la UE ha sido más positiva de lo que se esperaba […] y todos los países crecerán este año y el siguiente», añadió.

La amenaza de que el choque comercial de superpotencias frene el crecimiento global planea sobre la escena. «No hay que bajar la vigilancia. Evidentemente, las tensiones comerciales tienen impacto sobre las economías de los países en tensión y sobre economías abiertas como las europeas y la española, pero hemos integrado estos riesgos en nuestras previsiones de crecimiento siendo particularmente prudentes».

Con el Eurogrupo exigiendo a Italia que cumpla sus compromisos presupuestarios y no se salte las reglas fiscales, Calviño, sin mencionar al país liderado por la coalición nacional populista de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, reclamó que todos los países se ciñan a las normas. Y citó en contraposición la percepción que los inversores tienen de España. «La actitud del Gobierno español sitúa a nuestro país en un plano de confianza claro para los mercados internacionales, la caída de la prima de riesgo por debajo de 100 puntos básicos demuestra que los mercados entienden que la situación económica de España no es comparable a la de ningún otro Estado miembro».

Con la UE dividida sobre cuestiones fiscales, Calviño ha advertido contra la competencia fiscal entre estados miembros que daña la recaudación pública en muchos de ellos. Y se ha mostrado partidaria de fijar un tipo mínimo del impuesto de Sociedades —una posibilidad todavía remota ante las reticencias de algunos Estados— sin especificar en qué porcentaje sería partidaria de establecer ese umbral. «Es verdad que hay algunos países europeos que no apoyan el establecimiento de un tipo mínimo. A mí me parece absolutamente indispensable. No tiene sentido estar hablando de un mercado interior cuando tenemos sistemas fiscales que pueden encontrarse en una carrera hacia abajo», apuntó.

Según los cálculos más conservadores, la llamada planificación agresiva, que consiste en buscar las rendijas de los sistemas tributarios europeos para reducir la factura fiscal, supone la pérdida de entre 50.000 y 70.000 millones de euros anuales a la UE, equivalentes al 17% de la cantidad que ingresan sus socios por el impuesto de sociedades.

Fuente: El País