El septiembre económico terminaba con grandes novedades para la gran banca española. Una sorprendente —Banco Santander nombraba consejero delegado al banquero de UBS Andrea Orcel en sustitución de José Antonio Álvarez— y al día siguiente una más esperada: Francisco González dejaba la presidencia de BBVA en manos de su actual consejero delegado, Carlos Torres. Nombramientos que serán efectivos en enero de 2019.

La llegada de caras nuevas a la cúpula de los dos mayores bancos españoles apenas ha tenido efectos en la cotización de unas entidades necesitadas de dar alegrías a millones de inversores. La acción de Santander pierde en el año un 21% de su valor y la del BBVA se deja un 26%. Retrocesos que se acumulan a anteriores ejercicios negativos para la banca no solo española, sino también europea.

Andrea Orcel, consejero delegado del Banco SantanderAndrea Orcel, consejero delegado del Banco Santander

Y es que los cambios en el Santander y BBVA llegan en un contexto muy complicado para sus negocios que los dejan en un segundo plano. Tipos de interés que dificultan sacar margen a su actividad; crisis de las economías emergentes y de sus monedas donde tienen diversificados sus ingresos; un Brexit cuyas consecuencias aún se desconocen y, para colmo de males, la crisis de la deuda italiana donde la banca española es propietaria de más de 27.000 millones de euros de deuda pública.

Cambios para despertar la acción

Los expertos consultados hacen una diferencia clara entre los dos nombramientos. Orcel viene de la banca de inversión del suizo UBS lo que, en principio, supondrá dar otra orientación estratégica al Santander, más cercana a procesos de compra y venta de sus actividades y a la absorción de bancos en el panorama europeo. Por el contrario, Carlos Torres implica la continuidad del estilo de Francisco González, que ha presidido BBVA durante 18 años con una apuesta muy decidida por la innovación tecnológica.

Juan Uguet, socio fundador de la sicav Lierde, explica que el impacto de los cambios en la cúpula directiva es un tema de medio plazo. “Orcel viene de hacerlo muy bien en UBS y tiene mucho prestigio en el sector. Seguramente se le ha fichado para dar otra orientación estratégica con la consolidación del sector bancario en Europa”. Uguet, en cambio, apunta al continuismo en BBVA y cree que es necesario esperar al medio plazo para ver los efectos en la marcha de estas grandes entidades financieras. Los analistas de Goldman Sachs también ven movimientos corporativos con la llegada de Orcel al Santander. Y esperan un nuevo plan estratégico para febrero de 2019, coincidiendo con el día del inversor del grupo. Una estrategia que, según Goldman, se asentaría en asegurar que el banco sea “al menos tan bueno” como el mejor jugador de cada uno de los mercados en los que opera. Además, estos analistas inciden en que esto podrá suponer salirse de economías emergentes y reforzar su peso en economías desarrolladas, especialmente en Estados Unidos, según ha insinuado alguna vez su presidenta, Ana Botín.

La llegada de Orcel al Santander se interpreta como el primer paso para nuevas compras

Goldman Sachs es optimista con la evolución de la acción de Santander. Sitúan su precio objetivo en los 6,5 euros por acción, un 50% más que su valor actual, y recomiendan comprar sus títulos. Menos optimistas se muestran con BBVA, al que dan una valoración de 6,6 euros (potencial del 25%) y su consejo de mantenerse neutral con el valor.

Por su parte, JP Morgan también hace referencia al nuevo plan estratégico de Santander que se conocerá el próximo año y donde el nombramiento de Orcel “le da importancia al evento”. Y añaden: “Si bien no es banquero minorista por origen, ciertamente tiene la capacidad de administrar el banco y conoce muy bien a Santander”, tras dos décadas de colaboración con la entidad.

Retos de futuro

Sobre las posibles orientaciones de BBVA con Carlos Torres al frente, Nuria Álvarez, analista de bancos de Renta4, considera que el continuismo en esta entidad da tranquilidad a su actual operativa y no supone “nada negativo”. “Habrá que esperar al nombramiento del consejero delegado, aunque por las propias declaraciones de Torres será alguien de la casa”. Álvarez ve mucho potencial en la acción de BBVA ya que las entidades financieras están cotizando muy por debajo de su valor contable, aunque ahora los riesgos que sufre el conjunto del sector hagan que el mercado actúe de forma irracional. “Incluso valorando a cero el negocio del BBVA en Turquía, tiene mucho potencial”, concluye.

Torres tiene que lidiar con la crisis de Turquía y se espera que su política sea continuista

En el caso del Banco Santander, los analistas dibujan un futuro de adquisiciones de la mano de Orcel al estilo del desaparecido Emilio Botín. Pronósticos de crecimiento del banco cuando todavía está haciendo la digestión del Banco Popular. Y esta posible fiebre compradora pasaría por una posible ampliación de capital, algo que ha penalizado históricamente sus acciones. En una nota a clientes, los expertos de Kepler Cheuvreux consideran que poner a un banquero de inversión al frente de un banco comercial implica un periodo de gestión de la cartera de actividades. “Significará expandir o contraer al grupo. Pensamos que en cualquier caso cualquiera de las dos direcciones implicará ampliar capital. Pensamos que vender activos sería lo correcto y no expandir el banco en EE UU, lo cual sería un error en nuestra opinión”. Estos analistas tienen una visión negativa sobre la evolución de la entidad y recomiendan reducir posiciones.

Nuria Álvarez pone su contrapunto a la visión expansionista de Santander tras el fichaje de Orcel. “El fichaje del nuevo consejero delegado no significa que compre más. Seguramente, la entidad ya esté valorando operaciones, pero no pueden ligarse a la llegada del exbanquero de UBS. Cualquier compra significa un esfuerzo en términos de capital y tienen que ir despacio para cumplir con la normativa. Además, hacer una ampliación de capital no sería lo más adecuado de acuerdo con los actuales niveles de cotización”, explica. Álvarez también considera que la acción del Santander se encuentra barata. “Tiene una valoración atractiva en relación a su valor contable. Eso sí, aprecio en Santander más riesgos que en BBVA”, concluye.

Fuente: El País