En 2004, Cayetano Cornet, hasta entonces responsable de inversiones de Invercaixa, fundó junto a Juan A. Bertrán y Álvaro Martínez, ambos procedentes de Morgan Stanley, su propia gestora de fondos. A la criatura la bautizaron con el nombre de Cartesio. «Es un homenaje a Descartes y su método racional de aproximarse a las cosas. Nosotros no jugamos en Bolsa, invertimos en Bolsa. Esto quiere decir que aplicamos un método científico: estudiamos los activos y tratamos de basar nuestras decisiones en la lógica», explica Martínez.

El resultado de esta apuesta es bastante positivo. Cartesio administra ya 1.400 millones de euros de más de 5.000 clientes. Además, Morningstar les ha premiado recientemente como la mejor gestora europea en la categoría de fondos multiactivos y alternativos. «Es un reconocimiento a una trayectoria de 14 años. Este premio no valora solo la rentabilidad, sino cómo se consigue en relación al riesgo que se asume», destaca Bertrán.

Una de los rasgos que definen a Cartesio, según los socios fundadores, es el alineamiento de intereses entre gestores y clientes. «Las personas que trabajamos aquí tenemos que tener el 100% de nuestro patrimonio financiero invertido en los fondos que administramos», dice Cornet. También destacan su política de precios. «Es un aspecto clave para nosotros. Buscamos que las comisiones sean justas y estén ligadas a resultados», añade el exdirectivo de Invercaixa. Sus productos tienen una comisión de gestión que oscila entre el 0,5% y el 0,75%, a lo que se añade, en el caso de existir beneficios, un 7,5% sobre la rentabilidad positiva anual. «En caso de pérdidas, hasta que el cliente no vuelva a recuperar el patrimonio en un periodo de tres años no volvemos a cobrar la comisión de éxito», añade Cornet.

Otra característica de Cartesio es que cuentan con una gama de productos muy reducida. En España solo comercializan dos fondos: Cartesio X, el más conservador, y Cartesio Y. Además, tienen registrados en Luxemburgo otros dos vehículos que son réplicas de sus fondos españoles. La tasa anual equivalente (TAE) de Cartesio X desde su lanzamiento en 2004 es un 4,6%, mientras que el rendimiento anualizado del fondo Y alcanza el 5,9%. «No pensamos ampliar la gama, ya que con la actual cubrimos el espectro de conservador a moderadamente agresivo. Nuestros productos son fondos de armario, es decir, van dirigidos a aquellos inversores que quieren dotar de estabilidad a buena parte de su patrimonio, y luego, quien quiera tener más riesgo para el resto de la cartera, que busque otras opciones fuera», resume Martínez.

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Retrato robot

BNP Paribas es el depositario de los fondos de Cartesio, que a su vez son auditados por Deloitte. La inversión mínima es de 6.000 euros, y el patrimonio medio invertido por cliente ronda los 300.000 euros. «El retrato robot de nuestros partícipes sería el de un profesional que trabaja, ahorra y que busca que su patrimonio lo gestione gente sensata que maneja el dinero con una estrategia patrimonialista, no especulativa. Es decir, alguien que busca una rentabilidad razonable, como puede ser batir a la inflación, con un riesgo bajo», resume Bertrán.

Los canales de distribución de los fondos son reducidos. Venden sus productos directamente en sus oficinas de Madrid, a través de plataformas especializadas como Allfunds o Inversis, y, en algunos casos, mediante determinadas entidades de banca privada que se los ofrecen a sus clientes. «Nuestro objetivo es controlar mucho la distribución para asegurarnos que aquel que compre nuestros fondos sepa muy bien en qué está invirtiendo», dice Cornet. Los socios fundadores de Cartesio piensan mantener este ritmo diésel en su crecimiento. Confían en el resultado de sus fondos para ganar tamaño de forma natural. «Queremos que el cliente esté contento y no buscar ningún tipo de aceleración del crecimiento que nos pueda hacer perder nuestra personalidad», según Bertrán.

Los productos de Cartesio tienen un horizonte de inversión europeo y, por lo general, buscan empresas de gran capitalización para invertir. Estas características hacen que no se hayan planteado cerrar sus fondos a nuevas aportaciones para evitar que un tamaño excesivo penalice la liquidez y sus estrategias de inversión.

Otro rasgo que define a sus fondos es la flexibilidad ya que, en función del momento de mercado en el que se encuentren, pueden sobreponderar un tipo de activo u otro. Han aprovechado las recientes caídas de las Bolsas para comprar acciones, pero desde hace meses tienen buena parte de sus carteras fuera del mercado, ya que no vislumbran oportunidades a precios razonables. El fondo X tenía en febrero el 73,6% de su patrimonio en liquidez; en el caso del Y, el peso era del 57,8%.

«Hemos tenido niveles de inversión por debajo de los actuales, pero es cierto que ahora hay razones de peso para ser cautos porque no vemos muchas oportunidades a buenos precios, sobre todo en la renta fija», reconoce Cornet. Si no se produce una corrección fuerte del mercado, mantendrán esta aproximación conservadora. «Cuanto tú ves todos los activos caros, lo único que te protege es la liquidez. Los clientes confían en nuestra capacidad de gestión y lo que buscan son resultados, que estos se consigan con poca o mucha liquidez no es el problema», enfatiza Martínez.

Los fondos de Cartesio no tienen deuda pública, y prefieren tener exposición a la renta fija a través de las emisiones realizadas por entidades financieras. En el caso de las acciones, las principales posiciones se concentran en la biotecnológica Shire, la agencia Publicis, la petrolera Royal Dutch Shell, la socimi Merlin Properties y Telecom Italia. «Antes la renta variable y la renta fija no guardaban correlación: cuando la Bolsa bajaba, la gente se refugiaba en los bonos. Ahora, producto de las políticas monetarias de los bancos centrales, esa situación se ha roto y hace que la renta fija también esté cara», concluye Bertrán.

Fuente: El País