Las nubes que se ciernen en el horizonte de la economía china no aguaron el Día del Soltero, la gran fiesta del consumismo en el país asiático. Millones de ciudadanos del país asiático agitaron este domingo sus monederos virtuales más que nunca, algo que fue capitalizado por las grandes firmas de comercio electrónico y particularmente por Alibaba. Para la firma, batir su propio récord de ventas supone una nueva demostración de fuerza durante su gran evento anual; para el país, un indicador de que la creciente clase media y su poder de compra permanecen ajenos a los vaivenes de la economía.

Alibaba tardó algo menos de 16 horas en superar el récord de ventas establecido en la edición pasada, 168.200 millones de yuanes (21.330 millones de euros al cambio de hoy). Con ocho horas de margen hasta medianoche (hora en Shangai), se prevé un crecimiento considerable con respecto a la ya de por sí mareante cifra de la edición de 2017. Minutos después también se superó la cifra de paquetes que deberán ser enviados, que el año pasado ascendió a 812 millones.

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En esta décima edición, la campaña de descuentos abarca 180.000 marcas locales e internacionales que intentan vender sus productos a través de las plataformas que ofrece Alibaba, visitadas por más de 600 millones de usuarios cada mes. La actividad más frenética se registró justo después de medianoche, cuando los carritos virtuales con los artículos deseados –y en ocasiones planeados desde hace semanas- se empezaron a cobrar. Los primeros 1.000 millones de euros en volumen de ventas llegaron en menos de dos minutos. Y tras solamente una hora ya se había facturado por valor de 67.270 millones de yuanes (unos 8.500 millones de euros). Las marcas más vendidas en esos primeros instantes eran Xiaomi, Apple (teléfonos inteligentes) y Dyson (electrodomésticos).

Este evento anual, originariamente concebido para que los solteros se dieran un capricho, se ha convertido con los años y para muchos analistas en un indicador de la confianza de los consumidores del país asiático. Algunos esperaban que la desaceleración interna y la incertidumbre provocada por la guerra comercial entre China y Estados Unidos, cuyos efectos negativos sí empiezan a notarse en forma de un enfriamiento de la inversión empresarial, se trasladara a los consumidores. Finalmente no fue así y millones de personas mostraron que, al menos de momento, nada les impide gastarse cada vez más dinero en una jornada cuya recaudación parece no tener límite.

Fuente: El País