El primer trimestre de año ha estado repleto de sobresaltos que han dejado una importante corrección en las Bolsas europeas y estadounidenses, poniendo fin a un largo período de alzas que parecían no tener freno. Estados Unidos ha sido el epicentro para las oleadas de ventas: primero por el temor al repunte de la inflación y a un alza acelerada de tipos de interés, después por la amenaza de guerra comercial lanzada por Donal Trump y, por último, por el escándalo de la filtración de millones de datos de Facebook, que ha puesto en el disparadero a las redes sociales y desatado la corrección en el boyante sector tecnológico estadounidense.

A pesar de las pérdidas con que se salda el trimestre, el consenso de los analistas se muestra optimista con el futuro de la Bolsa. Juan José Fernández Figares, director de análisis de Link Securities, afirma que existen “factores que juegan a favor”. El principal es el buen momento que atraviesa la economía mundial, que tiene su reflejo en el crecimiento de los beneficios empresariales, lo que “debería impulsar al alza las valoraciones de las cotizadas.” “La reciente corrección en las Bolsas ha reducido en muchos casos los exigentes multiplicadores a los que cotizaban muchas compañías, lo que hace que ahora sean más atractivas” subraya. El experto considera además que la retirada de las políticas monetarias ultralaxas de los bancos centrales se realizará de manera ordenada y que no perturbará en exceso la marcha de los mercados. Mario Draghi ha afirmado por activa y por pasiva que los tipos de interés se mantendrán en los niveles actuales aun cuando el programa de compra de activos haya finalizado. Por su parte, Jerome Powell en su primera reunión como presidente de la Reserva Federal reiteró su compromiso de mantener la hoja de ruta prevista para este año con tres subida de los tipos, la primera acometida el pasado 21 de marzo.

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El incremento de la volatilidad ha sido otra de las tendencias que han marcado el primer trimestre del año. Felipe López, analista de Self Bank, no aprecia riesgo en ello. “Entraría dentro de la normalidad ya que lo inusual era la excesiva estabilidad que hemos visto en las Bolsas los últimos dos años”, sostiene.

Diego Jiménez Albarracín, de Deutsche Bank, considera que la Bolsa española representa un destino atractivo para la inversión. El principal handicap según los expertos es la excesiva dependencia del sector bacario que continuará lastrado por el entorno de tipos cero. Eso sí, los analistas no descartan que conforme el BCE vaya avanzando hacia el proceso de normalización monetarias, las entidades lo recojan en sus resultados y cotización. Para aprovechar esta tendencia las firmas de ánalisis incluyen en sus carteras representantes de la banca. Estas firmas junto a los grandes valores del selectivo, que tras las últimas caídas cotizan a unos precios muy atractivos, y los valores cíclicos se convierten en las opciones de inversión que más gusta a las firmas de análisis para los próximos meses.

Aunque el optimismo es la regla imperante, los expertos advierten de acontecimientos que podrían empañar la alegría con Donald Trump en el centro de todas las dianas. La deriva proteccionista que ha tomado la Administración Trump con la imposición de tasas al acero y al aluminio, luego descafeinadas, han abierto la caja de los truenos de la guerra comercial. Jiménez-Albarracín no cree que la sangre llegue al río, pero reconoce que es un elemento desestabilizador para el PIB mundial. Un crecimiento que el experto califica como sano pues ha venido de la mana de la recuperación de la demanda.

Gonzalo Sánchez, gestor de renta variable de Gesconsult, apunta a la fortaleza del euro como otro de los riesgos que podrían truncar las subidas de la Bolsa. “El déficit comercial de EE UU, del que China cubre el 65%, y el déficit fiscal, fruto de la rebaja de impuestos justifican la debilidad del euro”, explica. Para los momentos de mayor inestabilidad las casas de análisis optan por compañías con dividendos atractivos, destacando el sector energético.

Fuente: El País