Se viene repitiendo en casos de startups de éxito: compañeros de MBA que ven una oportunidad para emprender y se lanzan al mundo empresarial. Así le ocurrió a Felipe Cortina (Madrid, 1982) con su socio Álvaro Gomis. Fueron compañeros de trabajo en el mismo banco y después coincidieron en el mismo MBA en Nueva York. De ahí a lanzar Jimmy Lion, la marca que está transformando la forma de entender una prenda habitualmente olvidada: el calcetín. “Ninguno de los dos pensábamos en montar un negocio y menos en el sector de la moda”, asegura Cortina en la oficina de la firma en Madrid, adonde se mudaron el año pasado desde Nueva York. Un antiguo estudio de fotografía donde la luz natural se deja sentir, sin despachos y con calcetines por todas partes. “La moda era un sector interesante por tamaño y márgenes, pese a ser tan competitivo. Pero queríamos centrarnos en un solo producto y hacerlo muy bien”, añade el cofundador de Jimmy Lion, que apunta otro elemento clave para el éxito en la venta online: que apenas sufriese devoluciones. “Con unos calcetines es difícil equivocarte de talla”.

Lanzaron el negocio en 2014, con un nombre muy comercial que reflejara el descaro de sus diseños, y un precio accesible: 10 euros el par. Buscaron una fábrica en Turquía, Italia, España y Portugal, donde finalmente empezaron a producir sus calcetines, cerca de Oporto. “Apostamos por un producto de mucha calidad y necesitábamos máquinas con 200 agujas para que el diseño quedara definido”. Empezaron empaquetando y encargándose de los envíos en el piso que compartían en Nueva York, que además de vivienda se convirtió en oficina y almacén. Cada año han duplicado ventas y en 2018 esperan llegar a 500.000 pares, superar el millón desde que abrieron y facturar tres millones de euros. El equipo lo componen diez personas, cuando hace un año eran tres. Tienen dos centros logísticos, uno en España y otro en EE UU, y este año llegarán a México.

Clave en ese crecimiento, además de los diseños de Lucía Giralt, fueron las redes sociales. “Más del 60% de los clientes nos conocieron por Facebook o Instagram. Hemos cuidado mucho el contenido, con fotos y vídeos de mucha calidad”. Jimmy Lion está dando color también a los tobillos de los ejecutivos, haciendo que el negro empiece a desaparecer. “En EE UU era algo normal, pero aquí no tanto. Se está empezando a ser menos conservador, y el calcetín es una buena forma de comenzar”, dice Cortina. Además de invadir los tobillos de medio mundo, el sueño a medio plazo es abrir una tienda física propia [están en El Corte Inglés y tiendas multimarca], y para ello no descartan incorporar a un socio estratégico. “Permite ver y tocar el producto, abrir un canal nuevo. Es un sueño que requiere de una inversión mayor”.

Fuente: El País