La gran apuesta inmobiliaria, logística y estratégica que Aena desarrollará en torno al aeropuerto Madrid-Barajas a lo largo de las próximas cuatro décadas se convertirá muy pronto en uno de los mayores focos de atracción para el sector de la construcción en Europa. La extensión del plan, que parte con 3.000 millones de inversión, equivale a cuatro veces la superficie de la Operación Chamartín (ahora Madrid Nuevo Norte) o a diez veces la del Parque del Retiro de Madrid. Aena pretende conservar la titularidad de los terrenos, lo cual exigirá utilizar concesiones y crear sociedades mixtas entre la empresa pública y las compañías interesadas en la ejecución y explotación de los distintos proyectos. Pese a que el plazo de construcción se alargará hasta cuatro décadas, Fomento ha previsto que la primera parte comience a construirse ya hacia 2020.

El plan de Aena incluye 562 hectáreas de suelo virgen, con 2,7 millones de metros cuadrados de edificabilidad y nula presencia de viviendas, y su uso se destinará a actividades aeronáuticas, logísticas, de oficinas y de ocio y comercio. El macroproyecto tiene un enorme potencial estratégico para Madrid, cuyo aeropuerto no cuenta (al contrario que otras plazas europeas) con instalaciones logísticas de grandes dimensiones. Las obras de construcción supondrán también una oportunidad de negocio clave para las empresas españolas, cuya colaboración pidió ayer el Ministerio de Fomento ante representantes de la construcción, la logística y la ingeniería, al igual que para compañías europeas que buscarán, a buen seguro, hacerse un hueco en el extenso calendario.

El proyecto inmobiliario presentado ayer por Aena y el Ministerio de Fomento convertirá Barajas en el mayor polo logístico del país, pero también consolidará el proyecto largamente acariciado de hacer de España puente privilegiado entre Asia y Latinoamérica, además de la puerta a Europa de Latinoamérica y norte de África. Otra de las demandas que satisfará es la que traerá consigo cada vez en mayor medida el imparable proceso de digitalización de las empresas y de la economía en general, así como las necesidades logísticas cada vez mayores del comercio electrónico. 

A la vista de las magnitudes del plan puesto en marcha, no es de extrañar el interés del sector privado en participar en la construcción de unas instalaciones que catapultará a Madrid-Barajas como uno de los grandes focos económico-logísticos de Europa al complementar al Corredor del Henares. El proyecto tiene un potencial indiscutible, ahora solo resta ejecutarlo.

Fuente: Cinco Días