Se entiende por corporate venturing los modelos de colaboración entre grandes compañías y start-ups, que normalmente llevan aparejada la inversión de la gran corporación en el capital de las pequeñas empresas. Esta actividad se ha ido extendiendo en múltiples países e industrias, y en la actualidad muchas grandes empresas tienen estrategias de inversión en start-ups, ya sea de manera directa o a través de fondos constituidos específicamente para este fin. El mercado español no ha sido ajeno a este fenómeno, y desde hace varios años grandes corporaciones han impulsado de forma significativa el corporate venturing en sectores diversos como automoción, energía, economía circular, distribución, turismo, financiero o tecnológico.

Las grandes corporaciones invierten en compañías en fases incipientes, que están en nichos de interés de su sector de actividad o de industrias adyacentes de interés para su estrategia de futuro. No persiguen con ello un fin puramente financiero, sino estratégico, como vía de exploración de nuevas tecnologías y modelos de negocio, y como mecanismo de captación o retención de talento y capacidad de innovación. Es una vía, por tanto, de identificar nuevos productos, servicios o tecnologías, con alto grado innovador, que puedan terminar incorporando a su negocio futuro. Afecta además positivamente a su imagen de marca, al exhibir su implicación con el apoyo y desarrollo de iniciativas de emprendimiento, que pueden poner en valor dentro de su política de responsabilidad social corporativa.

Para los emprendedores, el corporate venturing les proporciona, en primer lugar, fondos para financiar su desarrollo, contribuyendo a su estabilidad financiera. Su beneficio, no obstante, va también más allá del ámbito financiero. Así, las grandes compañías apoyan su evolución, ayudándoles en su desarrollo tecnológico, en la apertura de oportunidades comerciales, en la transferencia de experiencia y conocimientos, en la implantación de estrategias de marketing, en la asociación de marca o en la profesionalización de la gestión.

Un aspecto clave para el éxito es habilitar los procedimientos adecuados para que puedan convivir organizaciones y culturas muy distintas, y que los emprendedores no se vean absorbidos dentro de estructuras masivas y burocráticas. Por ello, es necesario que exista una perfecta alineación de los intereses y objetivos de ambos participantes, y que las unidades de negocio de las grandes corporaciones tengan sensibilidad para gestionar esta modalidad de economía colaborativa. En este sentido, la delegación de la gestión de los vehículos de corporate venturing en especialistas en el mercado de capital riesgo en fases incipientes constituye una de las vías para tratar de aprovechar al máximo los efectos positivos que esta actividad puede tener tanto para las grandes empresas como para los emprendedores.

Pablo Mañueco e Isabel Gaya son profesores de Afi Escuela de Finanzas

Fuente: El País