La celebración de la final de la Copa Libertadores en Madrid supondrá unos ingresos totales de 92 millones de euros, de los cuales 42 se percibirán de forma directa y otros 50 de forma indirecta, según las estimaciones del presidente de CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE, Juan Pablo Lázaro, informa Europa Press.

Por ello, Lázaro ha destacado la necesidad de que, después del partido entre el Boca Juniors y el River Plate que se disputará en el estadio Santiago Bernabéu, se inicie una campaña de promoción de la capital.

«Esto no es solo un partido de fútbol, es un acontecimiento social por lo que supone y tiene que ser la base para iniciar una promoción de la marca Madrid en el mundo», ha sostenido el presidente de CEIM, quien también ha indicado que el evento «pondrá en valor» que la ciudad es la más segura de Europa.

Según datos que maneja CEIM, este espectáculo deportivo es uno de los más vistos del mundo y el impacto mediático que generaría podría alcanzar una audiencia global de más de 200 millones de personas, lo que equivaldría a una «gran campaña de publicidad multicanal a nivel mundial».

Otros partidos de gran envergadura como las finales de la UEFA Champions League han supuesto un impacto económico en ciudades europeas que ha superado los 50 millones de euros.

Dispositivo policial

La Policía Nacional ha celebrado una reunión este viernes a última hora de la tarde para ultimar los detalles del dispositivo de seguridad en torno a la final de la Copa de Libertadores, a disputarse el domingo en el estadio Santiago Bernabéu.

Se han tratado aspectos como el acceso al estadio de aficionados previa identificación con las pulseras de colores y su entrada, así como la posible aparición de ultras locales en los aledaños o el post-partido, principalmente por el regreso el lunes en dos vuelos chárter de aficionados venidos de Argentina. La mayoría de estos aficionados no tiene alojamiento hotelero para pasar la noche.

Los responsables policiales han recordado que se establecerán tres cordones de seguridad perimetrales en los aledaños del estadio, con controles a fondo a cada aficionado que quiera acceder al Bernabéu. Para pasar esos controles se tiene que enseñar la entrada y una pulsera que previamente se habrá facilitado en las ‘fan zone’ habilitadas para cada equipo: roja para River y azul para Boca.

«Sin pulseras no se pasa», ha enfatizado el comisario Castro Estévez. La idea es que los seguidores de River accedan por la zona norte y los de Boca por el sur, sin mezclarse en ningún momento.

A esto se añade una preocupación extra, según la explicación de los mandos policiales, ya que tienen constancia de que hay miembros de Boca que se han citado en la previa con los Ultra Sur del Real Madrid, con quienes están hermanados. Habrá especial vigilancia por este motivo en la calle Marcelino Santa María.

Lo mismo ocurre entre los Bukaneros de Rayo Vallecano y los aficionados del River Plate, en este caso en la zona norte del Bernabéu. No se descarta el desplazamiento a Madrid de radicales de otras partes de España aunque, en cualquier caso, los hinchas más radicales que no hayan sido retenidos en Barajas tendrán una vigilancia especial, en lo que el argot policial se conoce como «quedar marcados». Uno de los aspectos más repetidos es que la Policía no podrá coartar el libre movimiento de los aficionados.

Fuente: Cinco Días