Cuando la empresa de carsharing Car2Go desembarcó en Madrid a finales de 2015, Gianni Martino (Milán, Italia, 1962) lideraba desde hacía dos años la división del sur de Europa de la marca, del fabricante alemán Daimler. Continúa dirigiendo la región, con Madrid como una de las ciudades predilectas para la compañía. Hace un mes amplió su zona de influencia y su flota, haciéndola totalmente eléctrica, hasta llegar a los 850 vehículos.

¿Ha sido 2018 un buen año para la marca?

Ha sido muy bueno. Hemos roto todos los récords de los ejercicios anteriores. En Europa, en general, las cifras han sido positivas, y en Madrid, la respuesta de los usuarios y de la ciudad a la ampliación de flota y de zona ha sido fabulosa. Estamos contentos.

España creció un 21% el pasado año. Car2Go, sin embargo, como el resto de empresas de carsharing, sigue sin dar beneficios.

Los datos económicos no los hacemos públicos, pero sí podemos decir que estamos por encima de las previsiones. Y Madrid en concreto está mucho mejor de lo que habíamos planeado. Incluso con la irrupción de nuevos operadores.

Las grandes ciudades tienen un problema con la movilidad, y en España el conflicto taxi-VTC está más caliente que nunca. ¿Por qué el carsharing no ha entrado en esta guerra?

Se puede creer que el servicio de carsharing es una competencia al taxi, pero realmente es lo opuesto. Trabajamos en el mismo sector y nuestro objetivo final es que los ciudadanos no tengan su propio coche, porque es caro, cuesta mantenerlo, pasa la mayor parte del tiempo aparcado… En ese sentido, cuanto mejor funciona el sistema de transporte público de una ciudad más ventajas nos da a nosotros, ya que el usuario tiene más capacidad y alternativas de llegar a un coche compartido. Es más difícil convencer a alguien de que no necesita un vehículo en propiedad si no tiene alternativas reales. Por eso, cuanto mejor le va al taxi o al metro, mejor funciona Car2Go.

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Ciudades como Madrid y Barcelona están poniendo límites a las bicicletas y patines compartidos. ¿Puede afectar esta regulación al coche?

Las ciudades tienen que poner reglas a todos los operadores de movilidad, porque si no esto se convierte en una jungla salvaje. El bikesharing o los patinetes están demostrando que cuantas más normas se pongan, mejor funciona el servicio, y ayuda a que los ciudadanos no se tropiecen con ellos cuando caminan por la acera. Madrid o Barcelona, poniendo límites, están haciendo algo muy bueno. La movilidad, sobre todo con este desarrollo que está viviendo, necesita de una regulación que no comprometa la seguridad, la limpieza y el orden de la ciudad.

Car2Go y otros operadores, sin embargo, tienen ventajas como poder aparcar gratis en zonas verdes. Tampoco tienen que pagar ninguna tasa o impuesto para disponer de la vía pública ¿Hay un trato de favor?

No, nosotros entramos en las ciudades precisamente porque existía esa regulación con los coches eléctricos y nos acoplamos a ella. No tenemos ninguna ventaja, simplemente nos comportamos como el resto de vehículos eléctricos. Y tampoco la pedimos. No demandamos, por ejemplo, poder utilizar los carriles para taxis o autobuses. Nos ceñimos a lo que hay, y hemos dado a la ciudad una oportunidad enorme con una gran inversión.

También para obtener beneficios.

Sí, pero cuando inventas un nuevo modelo tienes que dejar tiempo a que se desarrolle. Si una ciudad quiere que esto se expanda tiene que dar a los operadores unas condiciones favorables durante un tiempo largo para que el modelo se convierta en sostenible. Si como ciudad empiezas pidiendo dinero a un negocio intenso desde un punto de vista financiero, no funciona. Si quieres desarrollarlo tienes que ayudar a los operadores. No nos ponen cargadores públicos, vale. No nos financian, claro. Pero tampoco nos cobran por estar.

En Madrid están Car2Go, Zity, Emov, Wible… ¿Hay sitio para todos?

Sí, porque veremos subir la demanda y la utilización, y porque Madrid es una ciudad muy grande y nos faltan áreas muy prometedoras. Por nuestra parte hay zonas con características muy comerciales y de empresa, en las que el servicio sería muy agradecido por clientes corporativos. Por ejemplo, Alcobendas o Las Rozas. Y llegaremos. No tenemos un plan de cuándo, pero es solo cuestión de tiempo.

Madrid es una ciudad muy grande y nos faltan áreas muy prometedoras

¿Qué otros planes tienen para España?

España, bajo la experiencia de Madrid, es un país muy receptivo hacia las nuevas formas de movilidad. A los españoles les encanta este servicio y es cuestión de tiempo y de regulación local del aparcamiento o de zonas restringidas. Cada ciudad tiene su normativa y su ley, por eso hay que ir poco a poco. Nos interesan todas las ciudades de un tamaño relevante. Después entran factores de carácter macroeconómico como la presencia de estudiantes, de empresas, de aeropuertos, las distancias, el clima… Son muchos los factores que nos interesan. La lluvia, por ejemplo, beneficia mucho en el carsharing.

Dicen que no hay un modelo único y que cada ciudad tiene sus características. ¿Tiene ahora Madrid ventaja respecto a otras?

Al no haber un modelo único, Madrid, con varios años ya de servicio de carsharing, sí tiene una situación de ventaja frente a otras urbes españolas. Más allá de eso, Madrid representa mucho para nosotros. No solo por el número de usuarios y de alquileres, también porque es diferente a las otras ciudades en el modelo operativo. Es una de las cuatro europeas totalmente eléctrica, y es la única que no tiene una infraestructura pública de carga. En las otras urbes nosotros enchufamos los coches por la calle gracias a una estructura pública. Aquí hay un modelo completamente diferente y que nosotros llamamos modelo Madrid. Es algo que no pasa en ninguna otra ciudad del mundo. Además, los usuarios siempre han sido muy receptivos. Este grado de acogida solo lo hemos visto en Milán y en Madrid.

Fuente: El País