Quiere celebrar una comida de empresa, tiene invitados en casa o simplemente pretende darse un homenaje? Pues sepa que ha llegado a España Supper Stars, una comunidad digital de foodies con la que podrá contratar a 70 chefs que han trabajado en restaurantes tan afamados como El Celler de Can Roca, DiverXO, Mugaritz o Quique Dacosta. Entre todos han pasado por comedores con más de 100 estrellas Michelin de 25 países del mundo.

La labor es sencilla: desde la web thesupperstars.com se elige el cocinero y el menú de autor que se desea degustar (cada chef propone tres, que cuestan 40, 55 y unos 75 euros por persona), se paga y, el día elegido, el chef se presenta en casa, la oficina o el lugar escogido con todos los ingredientes para preparar el ágape, los cocina, los presenta y sirve. Y, después, deja todo tan limpio como lo encontró.

La idea de Tiago Ribeiro, fundador de esta start-up que nació hace algo más de dos años en Lisboa, surgió porque, después de estudiar física y matemáticas, trabajar en banca, consultoría y capital riesgo, se dio cuenta de que lo que más le gustaba en la vida era comer y estar con amigos y familiares, explica. También deseaba probar a montar una empresa por su cuenta. Y así lo hizo junto a su socia, Margarida Correira. «Desde el principio queríamos que nuestra firma fuera global y que se convirtiera en la marca de referencia del negocio de servicios privados de chef. Con dos años de crecimientos del 100% decidimos instalarnos en España, donde la comunidad foodie es una de las más reconocidas del mundo», asegura Ribeiro.

Supper Stars obtuvo unos ingresos de 150.000 euros en 2017, de 300.000 en 2018 y este año pretende superar los 750.000 euros. Todavía no obtiene beneficios. Pero dice que en Portugal ya están en break even y en este ejercicio prevé que se alcance rentabilidad. «En España, el año que viene», indica el fundador.

La pareja de emprendedores comenzó con unos ahorros de 75.000 euros, a los que se sumaron los 150.000 euros de tres pequeños inversores, además de los fondos europeos del Plan Feder, superiores a 300.000 euros, que están recibiendo por fases. Pero para escalar su start-up necesitan más capital y están buscando inversores que puedan inyectar un millón de euros para llevar Supper Stars al resto de Europa, Asia y América del Sur. «Este año tenemos en perspectiva estar en mercados muy grandes, negociamos para implantarnos en Reino Unido y China», explica Ribeiro. «Pero no queremos crecer a lo loco, sino paso a paso».

Talleres

Supper Stars ha preparado hasta ahora comidas y cenas para 15.000 personas. La experiencia gastronómica tipo es para 10 comensales y cuesta 500 euros. Tiene tres tipos de clientes: particulares, empresas y espacios turísticos, los cuales se reparten casi a partes iguales sus ingresos. A los usuarios les ofrece, además de los eventos gastronómicos, talleres de cocina (por 60 euros por persona), cocinar con el chef (por más de 100 euros por menú) e incentivos, fiestas y team building para compañías (sobre todo bancos, aseguradoras y despachos de abogados) y turistas.

Según Ribeiro, la empresa no es una plataforma de cocineros al uso «sino una comunidad de chefs profesionales bajo el paraguas de una marca. Hacemos un proceso de selección de los cocineros, probamos sus propuestas de menús y luego fotografiamos a los chefs y sus platos para colgarlas en la web. La seguridad de que la experiencia sea de calidad es muy importante, y eso solo te lo da una marca. No hay otro proyecto así, somos únicos», presume.

Supper Stars consigue sus ingresos con una comisión del 25% que cobra a los cocineros, que no trabajan full time para la start-up. Algunos de ellos, sostiene, apenas eran conocidos en Portugal y hoy sí lo son gracias a un negocio que ha crecido por el boca a boca.

Los eventos que organiza son informales y formales, para los que también disponen de camareros. «Tenemos mucha flexibilidad. Podemos hacer comidas o cenas para 2 o 200 personas y nuestra capacidad de respuesta es muy rápida. Si quieres, puedes conseguir que un chef vaya mañana a tu casa a hacerte el almuerzo», añade Ribeiro.

Fuente: El País