La banca ultima el balón de oxígeno definitivo para Dia. Las entidades acreedoras negocian un acuerdo con la empresa de distribución y su principal accionista, el fondo Letterone, con el 69,76% del capital, para inyectar esta semana la financiación adicional por 380 millones. El último escollo son el interés y la comisiones. Los acreedores piden entre un 7% y un 10% anual, mientras que desde Letterone tensan la cuerda y ofrecen un 5%.

El pacto culminará el acuerdo de intenciones firmado el pasado 20 de mayo, la fecha límite para que Dia evitase entrar en preconcurso de acreedores. El nuevo día marcado en rojo es el sábado 15 de junio, pero las fuentes consultadas esperan tenerlo firmado el viernes. Esta fecha es susceptible de ampliación y, en todo caso, no se prevé que haya problemas de demanda. Fuentes conocedoras de la marcha de las negociaciones aseguran que ya hay muestras iniciales superiores al importe solicitado.

Una vez vencidas las reticencias de Santander –que pedía que los bonistas asumiesen también pérdidas– los bancos acordaron un pacto de no agresión que precisamente terminará este sábado, a cambio de que la compañía no acudiese al juzgado a pedir el preconcurso. Aseguraban la refinanciación de la deuda ya existente y daban un plazo de un mes para negociar esos 380 millones adicionales, que servirán para que Letterone ponga en marcha su plan de negocio.

El caballo de batalla está actualmente en los intereses que pagará Dia por estos nuevos créditos. Todo apunta a que estará en torno al 7%, si bien los acreedores han llegado a reclamar una horquilla que llega al 10%.

Los actuales acreedores dejan la puerta a que se sumen nuevas entidades en esta nueva financiación. No obstante, para los bancos que se mantienen en el crédito sindicado –entre los que destacan Santander y BBVA– hay notables incentivos para suscribir la nueva financiación. JP Morgan y Commerzbank, como mínimo, se desprendieron de su participación y dieron entrada a alrededor de una docena de hedge funds –los acreedores iniciales eran 12 y ahora son 17–, que también podrán ampliar su posición. Las fuentes consultadas dan por hecho que estos inversores oportunistas contribuirán a la nueva financiación. En el banco que preside Ana Botín, el primer acreedor con unos 200 millones de los 912 del sindicado, aún no han decidido si participarán.

En esencia, el pasivo bancario de Dia estará compuesto por tres tramos. Los dos antiguos –los créditos con vencimientos ampliados de los casi 900 millones que los bancos inyectaron en diciembre y la deuda previa– tendrán menos protección en caso de problemas que los 380 millones que ahora se le inyectarán. No obstante, los actuales acreedores que presten más dinero a Dia podrán elevar un grado su posición en el ranking del cobro de su pasivo más antiguo.

En los 380 millones de euros de la liquidez adicional, que se utilizará principalmente para renovar las tiendas, hay 180 reservados para los actuales acreedores, como una fórmula para no dejarlos descolgados frente a los nuevos financiadores. En todo caso, no es obligatorio que participen. En los otros 200 millones de euros puede entrar cualquier inversor, esté o no actualmente en la deuda del grupo de supermercados.

Una vez cerrado el último escollo para la refinanciación, el paso siguiente en la hoja de ruta para el salvamento de Dia es la ampliación de capital. Mijail Fridman, el magnate ruso dueño de Letterone, prometió una ampliación de capital de 500 millones siempre que triunfase su opa y lograse un acuerdo de refinanciación con los bancos. Alcanzados ambos puntos, Fridman debe recabar más efectivo para Dia, en este caso como equity para poner en marcha su plan de negocio y pagar los 306 millones en bonos que vencen el 22 de julio. Pese a que se han ampliado a marzo de 2023 todos los vencimientos de deuda, sí existe un compromiso de repago (cash sweep) a partir del segundo trimestre de 2022 por el 50% del flujo de efectivo disponible. Este abono se hará una vez se hayan satisfecho los gastos en inversión y los costes de reestructuración previstos en el plan de negocio.

El precio se duplicó en el balón de oxígeno anterior

La inyección urgente de liquidez que los bancos acreedores concedieron a Dia el pasado 31 de diciembre fue a un precio considerablemente superior al que el grupo de supermercados estaba acostrumbrado a pagar. El paquete de créditos, por un total de 896 millones, se hizo con un diferencial entre el 2,5% y el 3% más al euríbor, según fuentes conocedoras de los pormenores del acuerdo. El precio supone más que duplicar el coste financiero medio, del 1,26% en 2017. Es cierto que, a cierre de ese ejercicio, Dia era una compañía con unas notas excelentes de las agencias de rating: BBB-por parte de Standard & Poor’s y Baa3, por parte de Moody’s. En ambos casos, grado de inversión. Los tipos de interés de la deuda de Dia que se ha mantenido desde entonces no se han tocado, de acuerdo a distintas fuentes financieras. Y eso a pesar de que ahora sus notas están por los suelos, en “especulación de alto riesgo”: Caa1, según Moody’s y CCC, según Standard & Poor’s. Las fuentes consultadas señalan que los 400 millones que Dia prevé obtener–en parte para refinanciar los bonos que vencen en 2021– se harán a un tipo muy superior al cupón actual de los bonos que va del 0,875% y al 1,5%.

Fuente: El País