A la hora de planificar un viaje resulta esencial saber cuál o cuáles serán tus compañeros de ruta. Viajar solo o en compañía de otros no es fácil. No es lo mismo ser un lobo solitario que emprender el vuelo en pareja, con amigos o con toda la familia a cuestas. El primer paso –y aparentemente el más fácil– será elegir destino. Después hay que tener en cuenta el alojamiento. Para gustos los colores, desde hoteles de lujo a casas rurales y, no menos importante, qué se quiere hacer o qué se puede hacer –conceptos que no siempre coinciden– en el lugar elegido.

Fuente: El País