El aceite de oliva ha recuperado prácticamente la totalidad de las ventas en el mercado interior, después de que el año pasado registrara una fuerte caída por la subida de los precios en origen hasta casi los 4 euros kilo para un virgen extra. En los últimos meses esos precios se han situado en una media de 2,9 euros kilo para virgen extra y de entre 2,6 euros kilo para un virgen y 2,5 euros para un lampante de peor calidad, lo que ha supuesto un giro en la demanda. Aunque el girasol se mantiene como líder de ventas de aceites en el mercado interior, el de oliva recupera el pulso.

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El incremento de los precios del aceite de oliva en origen se tradujo el año pasado en precios medios de 5 euros al consumidor, lo que supuso caída en las ventas superiores al 10% en beneficio del aceite de girasol. Esa situación se ha revertido ya en los 10 primeros meses del año con ventas de la patronal de la industria envasadora, que integra a más del 70% del sector, de 251.000 toneladas que suponen ya un incremento del 1,27% sobre el mismo periodo del año anterior. A su vez, las ventas de girasol registraron solamente un incremento por debajo del 2% frente a subidas que llegaron a superar el 20%.

En lo que se refiere a los mercados exteriores, las ventas de aceite también se resintieron con la subida de los precios, hasta situarse por debajo de las 900.000 toneladas en 2017, lejos de la cifra récord de 1,1 millones de toneladas de 2013. Esta línea de ajustes se mantuvieron en los cinco primeros meses, con salidas medias mensuales solo de entre 50.000 y 60.000 toneladas al mes. Pero en los últimos meses también se han recuperado llegando a las 90.000 toneladas.

De cara a la nueva campaña que se inició el uno de octubre, no se ven razones para grandes oscilaciones en los precios. La cosecha se presenta buena, con un volumen de 1,6 millones de toneladas frente a 1.26 millones de la campaña anterior y existencias de unas 370.000 toneladas, pero con un ajuste a las producciones exteriores de un 7% en poco más de tres millones de toneladas .Todo ello mantiene a España como punto de referencia.

Fuente: El País