El negocio de los coches de alquiler por minutos está en auge en las grandes ciudades, que cuentan con servicios que permiten a los usuarios desplazarse por la urbe en coches eléctricos —en algunos casos motos— que se pueden reservar a través de una aplicación móvil. Se trata del carsharing (coches compartidos), un modo de consumo que no se basa en comprar vehículos sino pagar por movilidad, y que ha impulsado las ventas de vehículos eléctricos. En octubre, mes en el que Zity, la nueva empresa de carsharing de Ferrovial y Renault, matriculó su flota de 500 vehículos, se vendieron 1.380 coches eléctricos, lo que supone un incremento del 301,1% respecto al mismo mes de 2016, según las asociaciones de fabricantes (Anfac), vendedores (Ganvam) y de concesionarios (Faconauto).

MÁS INFORMACIÓN

«El volumen en general de matriculaciones de vehículos eléctricos es muy bajo, por lo que en el momento en el que estas empresas entran en el mercado y lanzan su flota o la renuevan se duplican los números y el crecimiento se dispara», explica Adolfo Randulfe, director de comunicación de Anfac. En el acumulado hasta noviembre, —en el que también la empresa española de carsharing Emov ha ampliado en 100 coches su flota—, se han matriculado 7.486 vehículos eléctricos, un 77,8% más que en 2016. Sin embargo, la cifra es pequeña si se tiene en cuenta que en lo que va de año se han vendido 1.131.988 vehículos en total.

Entre las empresas de carsharing por minutos están Car2Go, líder mundial del servicio, que opera en Madrid con 500 coches eléctricos de Smart; Emov, empresa española que entró hace casi un año en el mercado y también se encuentra en la capital; y Zity, un nuevo servicio aún en prueba de Renault y Ferrovial. Todas ellas funcionan de la misma manera: una aplicación móvil muestra la localización de los vehículos disponibles y el usuario tiene 20 minutos de reserva desde que escoge un coche hasta que lo abre. El precio del viaje varía en función de los kilómetros y los minutos en uso del vehículo, que oscilan entre los 0,21 y 0,24 euros el minuto. El usuario debe dejar el coche en cualquier lugar dentro del área delimitado, en Madrid, por ejemplo, suele ser dentro del cinturón de la M-30. 

Para los usuarios es un servicio bastante asequible, pero para las empresas es complicado sacarle rentabilidad. Emov, la empresa formada en un 51% por Eysa y un 49% por PSA, asegura que, pese a que las cifras son mejores de lo que se esperaban en función de usuarios y viajes —hacen una media unos 12 o 13 viajes al día por coche y cuentan con 145.000 usuarios—, «es un negocio complicadísimo para la rentabilidad», aunque ninguna empresa ha querido revelar sus datos de facturación. «Esperamos en 2018 tener rentabilidad el año completo. Ahora mismo no todos los meses son rentables, ni mucho menos, acabamos de nacer», explica Fernando Izquierdo, director general de Emov. La empresa cuenta con 600 vehículos Citroën de cuatro plazas en su flota, todos ellos en renting. Izquierdo explica que el modelo de negocio tiene «unos costes variables importantísimos que dependen de la demanda», de lo que, asegura, deriva la dificultad de la cuenta de resultados. «Cuantos más viajes se hacen, más dinero ingresamos, pero también más tenemos que mover los coches y llevarlos a cargar, lo que hace que sea muy complejo ser rentable», comenta.

Sin embargo, desde Emov aseguran que es un mercado que continúa en crecimiento. «Evolucionamos con la demanda, si esta sigue creciendo ampliaremos flota y zona, y es posible que abramos servicio el próximo año en otras grandes ciudades», comenta Izquierdo. Por ello, explican que la entrada de un nuevo actor en el mercado no les preocupa. «Vemos la llegada de Zity como una oportunidad para que la demanda crezca. Cuando nosotros aparecimos no nos quedamos con los usuarios de Car2Go, la demanda aumentó y hubo un reparto del mercado«, explican. Car2Go ha aumentado sus usuarios en 60.000 en Madrid el último año, y ya cuenta con 185.000. Pese a que tienen servicio en 26 ciudades en todo el mundo, Orazio Corva, gerente de localización de la empresa, asegura que la capital española es «una de las ciudades de crecimiento más rápido». «Madrid está en el Top 3 de CarGo en el mundo por número de usuarios y en uso de vehículos debido al gran mix de opciones de movilidad urbana del sistema de transporte de la ciudad y la morfología de la capital, con una vida urbana muy activa y altamente concentrada en el centro», explica.

A estas empresas se une Bluemove, que, pese a que también es carsharing, el uso es diferente. La compañía ofrece vehículos en Madrid, Barcelona y Sevilla, aparcados en aparcamientos públicos de las ciudades a los que los usuarios tienen que devolver una vez terminado el uso. «Nuestro servicio es para usos puntuales, para personas que quieren ir del centro a la periferia de las ciudades o tal vez realizar la compra con el coche», explica Sócrates Domínguez, responsable de comunicación de Bluemove. La empresa, que cuenta con más de 100.000 usuarios que lo utilizan de media una o dos veces al mes, asegura que por cada uno de sus vehículos se han eliminado de las calles de Madrid entre 13 y 15 coches de usuarios privados (que han vendido su vehículo o han decidido no comprarlo). En la actualidad cuentan con 450 unidades, por lo que, según sus cálculos se han debido eliminar unos 5.850 vehículos. La empresa asegura que han tenido coches eléctricos, aunque ahora cuentan con híbridos.

Desde Bluemove, con un precio de dos euros la hora, aseguran que el carsharing impulsa el uso de otro tipo de transporte. «Refuerza el transporte público y el taxi porque conseguimos convencer a la gente que no tiene una necesidad real de tener un coche de que no se lo compre al ofrecerle un abanico de posibilidades», comenta Domínguez, que añade que los fabricantes de vehículos “han empezado a formar parte del carsharing y otras alternativas de movilidad». «Han visto que con estas iniciativas es probable que vayan a vender menos coches, pero les interesa unirse a ellas porque así se aseguran que los que se vendan para estos servicios sean los suyos. Si no pueden vender coches, venden movilidad». Sin embargo, las ventas de coches no descienden. Las matriculaciones de turismos han aumentado un 7,8% en los 11 primeros meses del año frente a 2016. En el caso de los particulares las compras han subido un 4,1% hasta noviembre de 2017 frente al mismo periodo del año anterior.

Zity, nueva incorporación de Renault y Ferrovial

En la presentación de su nuevo servicio el director general de Zity, Javier Mateos, aseguró que según sus estudios «en el año 2030 más del 20% de los desplazamientos que se produzcan en las ciudades se realizarán en servicios de movilidad compartida». Así, y con la idea de llegar a «lugares a los que los otros servicios no llegan fuera de la M-30» ha llegado esta semana la compañía a Madrid, según han explicado fuentes de la empresa.

«Ofrecemos 400 kilómetros de autonomía homologados, la garantía de que la electricidad de nuestros vehículos es renovable y cinco plazas», comentan. El precio del servicio es de 0,21 euros el minuto. Además, explican que parte de su servicio será diferente. «Si por ejemplo te quieres ir a Sanchinarro, puedes ver una película y luego recoger el mismo coche y volver al centro de la ciudad», un modelo que recuerda al utilizado por Bluemove. Mientras que el coche permanezca aparcado pero el servicio continúe, el precio será de 0,07 euros el minuto.

Las motos eléctricas se suman al auge

El negocio de los vehículos eléctricos de alquiler por minutos también ha dado un salto a las motos (motosharing). Así, empresas como Muving (Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Granada y Murcia, entre otras), eCooltra (Barcelona y Madrid), Motit (Barcelona) y Yugo (Madrid) ofrecen este servicio en las grandes urbes. Estos vehículos cuentan de media con una autonomía de 50 kilómetros.

Las empresas tienen hasta 500 motos por compañía y cobran entre los 0,18 y los 0,24 euros por minuto a sus usuarios. Barcelona es la ciudad en la más se han introducido estos vehículos de movilidad sostenible y Cataluña, la comunidad donde hay más matriculaciones de motos eléctricas. Se trata de un mercado que, como el de los coches está en auge y que se beneficia de los proyectos de las ciudades por promover la movilidad sostenible.

Fuente: El País