Los partidos políticos han consensuado este martes en el Congreso de los Diputados una parte del texto de la futura ley de crédito inmobiliario. En él se recoge que los clientes no tendrán que pagar ningún coste de la hipoteca, salvo la tasación. Los gastos del notario, el registro y la gestoría correrán a cuenta de las entidades. Aunque eso sí: si se piden más copias del contrato las costeará aquel que las solicite. 

En el documento acordado por PP, Ciudadanos, PDeCAT, PNV y PSOE, se recoge que el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados lo abonará el banco. «Será sujeto pasivo el adquirente del bien o derecho, en su defecto, las personas que insten o soliciten los documentos notariales, o aquellos en cuyo interés se expidan. Cuando se trate de escrituras de préstamo o crédito con garantía hipotecaria, se considerará sujeto pasivo al prestamista», reza el documento. Si bien desde el lunes ya lo abonan los bancos por el decreto del Gobierno. «Se refleja el reparto de los gastos para eliminar la litigiosidad», dice Gonzalo Palacín, diputado socialista y uno de los ponentes de la legislación.

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Que la tasación permanezca en manos del cliente es importante porque le permite acudir con su propia valoración a varios bancos, explican los diputados. Siempre que la tasadora esté homologada, los bancos tendrán que aceptarla. La futura ley, que todavía tiene que ser votada en el pleno del Congreso y en el Senado, impedirá que las entidades puedan imponer tasadoras y prohíbe que estas tengan vinculación con las entidades. «El monopolio de la tasación por los bancos no era positivo porque durante la burbuja ocurría con frecuencia que se sobrevaloraba la vivienda y eso servía a las entidades para poder financiar mucho más, incluso las vacaciones o la compra del mobiliario. Por otra parte, también se han dado casos de abuso en los que había desahucios sobre valoraciones muy bajas», señala el magistrado José María Fernández Seijo.

Los partidos también han cerrado que el cliente firme ante notario que entiende toda la documentación entregada por el banco. En el anterior texto dejado por el entonces ministro Guindos a finales de 2017, el banco debía facilitar toda la información sobre la hipoteca siete días antes de la firma. Ahora este periodo se alargará a 10 días, lo que en principio debería dar un poco más de tiempo a los consumidores para hablar con otras entidades.

En todo caso, los partidos han pospuesto a la semana que viene cerrar el texto definitivo. En él se concretarán otros asuntos de enjundia, como la cantidad que se debe impagar para que el banco pueda proceder con la ejecución de la hipoteca o los intereses de demora.

Fuente: El País