La economía española sigue mostrando una resistencia mayor de lo esperado en medio de la ralentización global. Y crece registrando la mayor subida de la masa salarial desde que comenzó la crisis. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó este viernes que el PIB avanzó en el primer trimestre un 0,7%, la cifra que había anticipado el pasado 30 de abril y una décima más que en el anterior trimestre. Después de un 2018 en el que se anotaron tasas entre el 0,5% y el 0,6%, se vuelve a crecer un 0,7%.

Y ello a pesar del deterioro exterior. Las exportaciones se estancaron en el 0% de avance trimestral e interanual. Sin embargo, llama la atención que España consiga reducir sus importaciones (-0,3% trimestral y -0,5% interanual), lo que neutraliza parte del mal comportamiento de las ventas fuera. Las menores compras podrían tener que ver con la peor marcha del sector del automóvil, muy intensivo en importaciones para poder producir.

Además, la inversión empresarial vuelve a tirar con un robusto incremento trimestral del 1,4%, una señal de confianza en el futuro. Y la construcción, con un 1,5%. Tras un 2018 muy malo, la industria entra por fin en terreno positivo.

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El consumo de los hogares se ha ralentizado desde el fuerte crecimiento del 0,9% observado a principios de 2018. Ahora exhibe un aumento del 0,4% trimestral, un ritmo más acorde con lo que se elevan sus rentas. Lo cual ha permitido que la tasa de ahorro mejore un poco desde el mínimo histórico marcado en 2018 en el 4,9% de la renta disponible. En el primer trimestre, los hogares españoles ahorraron un 5,4% de sus ingresos.

“La desaceleración de la economía está siendo muy suave. La actividad se ha embarcado en un bucle virtuoso de intensa creación empleo que a su vez respalda el consumo”, explicó el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres, en los cursos de verano que organiza la institución en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

Tras el alza del salario mínimo y las subidas de cotizaciones, la remuneración total de los asalariados engorda un 5% interanual, el mayor avance desde que empezó la crisis. En cambio, el excedente empresarial crece solo un 0,8%, al no haber repercutido esas mejoras de sueldos en los precios y no haberse dado un repunte de la productividad. El Banco de España señala que se debe seguir de cerca esta evolución por si en algún momento daña las perspectivas de empleo e inversión de las compañías.

El alto déficit público y el bajo ahorro de las familias hacen que la capacidad de financiación de la economía se resienta. En el trimestre cae del 1,6% del PIB al 1%. “Mantener un saldo positivo con el exterior es importante para reducir la elevada deuda externa de España”, recuerda Torres.

Fuente: El País