Los mercados amenazan con convertirse en los principales vigilantes de la disciplina fiscal de Italia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado de que los planes de estímulo que quiere sacar adelante el gobierno de Giuseppe Conte podría dejar al país en una situación “muy vulnerable”, que lo dejarían al borde de la recesión en caso del más mínimo shock. Tras la misión oficial de sus técnicos al país, el organismo también desmiente las previsiones económicas del ejecutivo del M5S y la Lega y rebaja el crecimiento para el periodo 2018-2020 al 1% anual. Esa atonía, junto al mayor gasto y los intereses de la deuda dispararían el déficit público hasta dejarlo entre el 2,8% y 2,9% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020. Es decir, a las puertas de incumplir el tope del 3% que prevé el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Italia ha ido acumulando problemas en los últimos años que resume el FMI en su informe de conclusiones tras la visita al país. Acumula un crecimiento bajo, los ingresos de sus ciudadanos han retrocedido al nivel de hace dos décadas, el desempleo ha rebasado el 10% y los jóvenes vuelven a emigrar. El ejecutivo de Conte ha decidido aplicar la receta de expandir el gasto y la inversión y bajar impuestos a las empresas para enderezar la situación. La contrapartida: un boquete presupuestario que, según coinciden la Comisión y el FMI, mantendrá a Italia anclada en un volumen de deuda que supone más del 130% de PIB.

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Y precisamente, ese lastre es el que puede dejar en nada los planes expansivos de Conte. En especial, señala el FMI, si la “elevada prima de riesgo” persiste. Algo que el propio ministro de Finanzas, Giovanni Tria, ha admitido en varias ocasiones: los niveles actuales ya son insostenibles. El FMI recuerda que una elevada rentabilidad de la deuda afecta el coste y la disponibilidad de la banca para obtener capital y que debilita sus balances, eleva los costes del sector privado para poder conseguir créditos y tiene un impacto negativo sobre las cuentas del gobierno.

La Comisión Europea calculó que el desfase presupuestario italiano el año que viene será del 2,9% del PIB y en 2020 alcanzará el 3,1%, frente a las previsiones del ejecutivo italiano de que se situara en el 2,4% el próximo ejercicio y luego descendiera al 2,1%. El FMI lo sitúa entre el 2,6 y el 2,7% en 2019 y una décima más en 2020. En cuanto al crecimiento, el organismo cree que el mayor coste de la deuda se comerá el plan expansivo del ejecutivo italiano. Si bien la Comisión fijaba la expansión económica en un 1,2% en 2019 y un 1,3% en 2020, el FMI opina que las medidas servirán para sostener el crecimiento en un débil 1% este año, 2019 y 2020 para posteriormente decrecer.

El FMI, además, prevé que la deuda se mantendrá alrededor del 130% del Producto Interior Bruto (PIB) durante el próximo trienio. Italia, concluye el organismo, necesitará ajustes para reducir esa carga a medida que la política monetaria vaya normalizándose y los intereses crezcan. Pero si en ese periodo, puntualiza, la economía se topara con cualquier shock el Gobierno se vería forzado a un proceso de consolidación fiscal por el escaso margen fiscal que tiene. Y ello, dejaría al país al otro extremo de donde quieren llevarlo el M5S y la Lega: al borde de la recesión.

Fuente: El País