El Consejo de Ministros ha autorizado este viernes la compra del 53,1% de las acciones de Industria de Trubopropulsores (ITP), en poder de Sener, por parte de Rolls-Royce por 720 millones de euros. La operación, anunciada en julio de 2016, requería autorización del Gobierno pues ITP, principal industria nacional de motores militares, pasará a ser propiedad 100% de una compañía británica. El Gobierno ha impuesto a Rolls-Royce unas condiciones que, según el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, “garantizan la españolidad de ITP”.

La compra de ITP por Rolls-Royce generaba preocupación, ya que se trata de la única fabricante española de componentes de motores de aviación, dispone de tecnología militar desarrollada con fondos públicos y de una capacidad de mantenimiento de turbinas de aeronaves militares crítica para la operatividad de los ejércitos, según los expertos. Además, ITP representa a España en consorcios internacionales que fabrican motores como el EJ2000 (Eurofighter) y el TP400 (A400M), en los que también participa Rolls-Royce, una compañía que no será comunitaria cuando se consume el Brexit.

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Por eso la aprobación de la compra estaba condicionada a la aceptación de los requisitos establecidos en un documento acordado con el Ministerio de Defensa. En concreto, según las fuentes consultadas, Rolls-Royce se compromete a mantener sus capacidades tecnológicas e industriales en España, a que la mitad de su Consejo de Administración sea español, a que el presidente y el consejero delegado sean españoles y dispongan de la correspondiente habilitación de seguridad y a que uno de los consejeros sea designado por el Ministerio de Defensa.

Además, se fija una tabla de penalizaciones en caso de incumplimiento que podrían llegar, en los casos más graves, a revocar la autorización.

El secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, no ha querido comentar las condiciones acordadas, pero ha asegurado que “se garantiza la españolidad de ITP desde el punto de vista de las capacidades tecnológicas e industriales” y permite “seguir utilizando a ITP como industria nacional en los consorcios internacionales”. Si ITP dejara de ser empresa comunitaria no podría acceder a los fondos que, por 1.000 millones anuales, pondrá en marcha la UE para financiar proyectos de investigación y adquisición de capacidades militares.

Según Rolls-Royce, la operación se completará antes de final de año y el primer pago, en forma de acciones, se hará a principios de 2018. ITP tiene su sede en Vizcaya y cuenta con más de 3.000 empleados.

Fuente: El País