Los presupuestos de 2019 rebajan la edad mínima para que los parados puedan acceder a los subisios a los 52 años. Se recupera así el nivel que se elevó con los recortes de 2012 hasta los 55 años. Esta medida y otras, como el aumento de las bases de cotización de quienes perciben los subsidios hasta el 125% del salario mínimo, traen consigo un incremento del gasto en protección por desempleo del 4%, hasta los 18.401 millones.

Esla primera vez que suben los recursos para la protección contra el desempleo desde 2013, uno de los peores de la crisis financiera. Ese año el desembolso ascendió a 31.680 millones. Desde entonces, una combinación de recortes y de agotamiento de derechos de los parados que llevaban mucho tiempo sin empleo puso las primeras piedras en la reducción del gasto. Posteriormente, se añadió la creación de empleo, que redujo el número de desempleados y, en consecuencia, su gasto agregado.

De los 18.400 millones contra el desempleo, la mayor parte se gastará en prestaciones contributivas por desempleo: 11.603 millones. Según los cálculos del Ejecutivo, habrá 751.691 parados que percibirán esta ayuda durante 2019. Esta prestación es la más cuantiosa, ya que es la primera que se cobra cuando un trabajador pierde su empleo y su cuantía -dentro de unos límites- está en función del tiempo que ha contribuido y de los últimos salarios antes de ser despedido.

Así se explica que, por el contrario, los 813.931 beneficiarios que se prevé para los subsidios supongan un desembolso de 4.977 millones. A este colectivo hay que añadir otros 280.000 beneficiaros de otras ayudas, que supondrá un desembolso total de 18.401 millones.

Fuente: El País