Cristiano Ronaldo logró su particular hat trick fiscal en julio del año pasado, cuando anunciaba su marcha del Real Madrid a la Juventus de Turín. Por tercera vez consecutiva, el astro del fútbol portugués recalaba en un país que le ofrecía pagar menos impuestos. El jugador, hoy residente en Italia, puede beneficiarse de una ley que limita a 100.000 euros el pago anual de impuestos procedentes del extranjero, por ejemplo, por derechos de imagen. Antes ya había aprovechado los regímenes fiscales que el Reino Unido y España daban a las rentas elevadas. Y aun así, no pudo evitar encajar el mayor gol que le han marcado: una condena en España, precisamente, por defraudar al fisco.

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El ejemplo del tercer deportista mejor pagado del mundo ilustra, para el grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo, la competencia fiscal a la que se han lanzado los países de la UE para atraer los contribuyentes con los ingresos más elevados. El informe, que se publicará este miércoles y al que ha tenido acceso EL PAÍS, señala que alrededor de 160.000 ciudadanos con rentas altas se benefician de los regímenes tributarios que ofrecen 15 países del Espacio Económico Europeo para captar a grandes fortunas. Solo a los sistemas de dos Estados, el Reino Unido y los Países Bajos, ya se acogen unas 100.000 personas.

Esos dos países son pioneros en esta práctica, que en las décadas de 1990 y 2000 se extendió a Dinamarca, Italia o España con el argumento de la necesidad de atraer a profesionales muy cualificados mediante rebajas fiscales. A la práctica, explica el informe, se acogieron futbolistas, estrellas del cine o la música o herederos de grandes fortunas. Fue el caso de España, donde la reforma que introdujo esas exenciones se conoció como ley Beckham por coincidir con el fichaje de ese futbolista por el Real Madrid.

Esa norma, vigente cuando Cristiano Ronaldo cuando llegó a España, fijaba un tramo único del 24% del IRPF con independencia de los ingresos y la exención de declarar rentas procedentes de otros países. Ante la polémica que suscitó en plena recesión, se modificó dos veces y despojó de esa ventaja a los jugadores profesionales. Y Ronaldo fue condenado este año por haber ocultado ingresos a través de una sociedad en las Islas Vírgenes británicas.

Sin embargo, Los Verdes denuncian que en otros países esas prácticas son ahora incluso más agresivas. En algunos casos, para atraer a compañías —y sobre todo empresarios— que dejen el Reino Unido por el Brexit. “Copiándose y compitiendo entre ellos Malta, Chipre e Italia recientemente han introducido regímenes o bien han ampliado los existentes para hacerlos incluso más dañinos”, denuncia el partido. Y ello a pesar de sus costes: según datos oficiales recogidos en el informe, esos regímenes suponen de 1.000 millones de euros menos de recaudación para Bélgica, 775 millones para en los Países Bajos o 433 millones en Portugal.

La competencia ha ido tan lejos que incluso Finlandia resolvió, en una decisión sin precedentes dentro de la UE, poner fin el pasado mes de enero al tratado que evitaba la doble imposición con Portugal por las vacaciones fiscales que este país da a los jubilados extranjeros.

Rebaja del tipo máximo sobre la renta

Esas prácticas, según el documento, han contribuido al deterioro de las bases fiscales en Europa. De ese modo, los tipos medios que gravan las rentas más elevadas han pasado del 57% en 1995 al 39% en 2018. El eurodiputado de Los Verdes Ernest Urtasun (Catalunya en Comú) denuncia que el informe “demuestra que hay una serie de privilegios fiscales injustificables para directivos de empresas, banqueros y otros profesionales transfronterizos con ingresos muy elevados”.

España decidió dejar finalmente a los jugadores de fútbol fuera de esas rebajas. Pero la ley Beckham tiene vida más allá de Beckham. Según el texto, en 2017 había 6.577 personas con ingresos de hasta 600.000 euros en ese régimen de impatriados. “Lo que demostramos en este informe es que en todos los países existe en mayor o menor medida un régimen privilegiado para esta élite profesional”, añade Urtasun.

Los Verdes pedirán a la Comisión Europea que ponga la lupa en los sistemas tributarios sobre la renta. En concreto, según Urtasun, reclamarán transparencia, un plan europeo contra “la doble no-imposición”, un marco de inspección fiscal compartida para trabajadores transfronterizos y programa contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales.

Fuente: El País