El heredero de Samsung no puede escapar del foco reformista. Un tribunal superior liberó este lunes a Jay Y. Lee –el vicepresidente de la compañía– después de reducir a la mitad y suspender su condena de cinco años por soborno y otros cargos. La familia Lee ha llegado a ser el símbolo de la Corea corporativa: por un lado, ha tenido un papel importante en la caída de la última presidenta, y por otro, la firma –valorada en 290.000 millones de dólares– sitúa a los Lee en la cima del mayor imperio empresarial del país. Por tanto, cualquier signo de supuesta indulgencia será controvertido. Pero si se mira más de cerca, no parece que se vaya a volver a los malos tiempos de la impunidad corporativa.

El veredicto del lunes revierte la histórica condena del año pasado, aunque las partes todavía pueden recurrirla. En lo que los fiscales llamaron el “juicio del siglo”, Jay Y. Lee fue condenado a cinco años de cárcel en agosto por su papel en un escándalo que llevó a la destitución de la expresidenta del país Park Geun-hye. En ese momento, la sentencia condenatoria fue vista como una victoria para los reformistas que durante mucho tiempo se habían opuesto a los vínculos entre los poderosos conglomerados familiares de Corea del Sur y los políticos.

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La reducción de sentencia de Lee significa que no tendrá que volver a la cárcel si tiene buena conducta. Esta decisión favorable generará sin duda indignación popular. Su padre, Lee Kun-hee, que fue condenado dos veces por soborno y evasión fiscal, se benefició igualmente de la suspensión de sentencias y evitó la cárcel, algo que también se ha dado en otros jefes de conglomerados familiares.

Pero esto no tiene por qué ser motivo de preocupación. Mantener la condena original de Lee mandaría un poderoso mensaje de que nadie está por encima de la ley, pero el último giro legal responde al procedimiento legal debido. Los jueces de la Corte Superior estimaron que Lee había desempeñado un papel pasivo y obediente en la trama política, y que merecía por ello una pena más corta. Eso también daba pie a que su sentencia pudiera suspenderse, algo distinto a las decisiones políticas que hicieron posible que Lee padre recibiera el indulto presidencial.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Elisa Castillo Nieto, es responsabilidad de CincoDías.

Fuente: Cinco Días