La Agencia Tributaria, la Seguridad Social, las oficinas públicas de empleo, el catastro, el padrón municipal, los registros civiles y mercantiles… Abundan los organismos que recopilan cantidades ingentes de información sobre los ciudadanos y las empresas. Con frecuencia, distintas entidades públicas incluso se solapan y reclaman los mismos datos, aumentando la carga burocrática. Hasta el punto de que muchas empresas se ven sobrepasadas por las peticiones de información. Hasta ahora, en muchas ocasiones solo se usaban esos registros administrativos para complementar o chequear las encuestas que realiza el instituto estadístico. Sin embargo, a partir de ahora poco a poco el INE las irá incorporando de manera que sirvan para confeccionar estadísticas. Así se recoge en un documento aprobado por el consejo de dirección del INE y al que ha tenido acceso EL PAÍS.

Un ejemplo muy significativo de estas nuevas prácticas es la elaboración del censo. En 2001 se hizo uno con una encuesta exhaustiva puerta por puerta que precisó de unos 50.000 encuestadores y costó 150 millones de euros. Para 2011 se realizó otro que empleó a 5.000 encuestadores y cuyo coste ascendió a 84 millones. Para el próximo censo de 2021, la intención es elaborarlo con los datos de los padrones municipales, el catastro y otras fuentes como la Seguridad Social. Las encuestas simplemente servirán para complementarlo. De esta forma, el presupuesto del censo bajará hasta los seis millones de euros, con un ahorro de unos 78 millones. Pocos países tienen un padrón tan completo como España y hay que aprovecharlo, señalan fuentes del INE. Además, la encuesta tenía el problema de que, por más que se intentase, a veces no se lograba localizar a la persona.

Otro ejemplo es el censo agrario, que también se lleva a cabo cada diez años. En lugar de ir visitando explotaciones de agricultores, se emplearán los datos que ya existen de las subvenciones europeas. Y el coste descenderá desde los 30 millones de euros hasta los 12 millones.

También se buscará evitar duplicidades cuando otro organismo público ya tenga los números. Así, el Ministerio de Fomento compila una información de los taxis y los VTC más completa que la que maneja ahora el INE solo de los taxis. De modo que el instituto estadístico suprimirá su publicación para dejársela al ministerio.

Y lo mismo ocurre con las cifras de bibliotecas, que se pretenden traspasar al Ministerio de Cultura. Ambas publicaciones del INE, la de taxis y bibliotecas, se consultan poco, recuerda el documento del consejo de dirección.

En cuanto al número de ejecuciones hipotecarias, este ya lo suministra el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Por tanto, el instituto estadístico propondrá al CGPJ que se encargue de recojer la estadística oficial. Y el INE simplemente la incluirá en su estadística hipotecaria.

Para la estadística de matrimonios, el INE explotará el Registro Civil. Al poder utilizar el padrón, las estadísticas sobre hogares ganarán en riqueza, incluyendo una información más periódica y detallada de fenómenos como las emancipaciones.

En general, buena parte de la información sobre empresas se intentará sustituir con aquella que pueden proveer los registros administrativos. 

Aunque este proceso de modernización tardará años, estas operaciones permitirán liberar recursos que se dedicarán a reforzar la estructura y aumentar la calidad y abundancia de las estadísticas. Sobre todo se podrán explorar las posibilidades que se abren ahora con los avances tecnológicos y las bases de datos. Hace 20 años el trabajo del INE consistía básicamente en trabajar encuestas. Ahora hará falta asignar más recursos a la tecnología y a contratar perfiles que sepan tratar y analizar bases de datos. Para todo ello, la dirección del INE pretende mantener su presupuesto de 160 millones.

El escáner del supermercado

El INE es consciente de que no siempre los registros administrativos reflejan lo que se busca. Así que se estudiarán y se aplicarán de manera gradual para que las estadísticas sigan siendo las mismas y la serie tenga consistencia temporal. “Las estadísticas no cambiarán. Solo lo hará la forma en que se recogen los datos”, recalcan fuentes del INE. Máxime cuando todo se desarrollará según los estándares que fija Eurostat para la UE.

Pero no solo se buscarán datos administrativos. Por ejemplo, para el IPC ya se están firmando acuerdos con hipermercados y grandes superficies con el fin de recibir los precios diarios de los productos que pasan por el escáner de la caja al comprarlos. También se están empezando a hacer búsquedas de precios en internet.

En el futuro se pretenden conseguir datos anónimos de las operadoras telefónicas para conocer los movimientos de turistas. O de tarjetas para saber cuánto gastan en España. Hay que aprovechar estas fuentes porque cada vez cuesta más que los ciudadanos contesten a una encuesta o incluso encontrarlos en casa, dice el INE.

Fuente: El País