Jornada de baja intensidad en el juicio de Bankia. Los tres testigos que declararon ayer oscilaron entre el “no lo recuerdo” y el relato muy genérico de cuáles eran sus funciones y su conocimiento sobre las grandes decisiones que se tomaron en el grupo BFA-Bankia. El exdirector general de la matriz de Bankia (BFA), Manuel Lagares, dio la frase del día al calificar de “un poco atípico” el hecho de que se formularan las cuentas de 2011 sin el informe de auditoría. Una situación que se produjo apenas nueve días antes de la dimisión de Rodrigo Rato y que aceleró la caída del coloso bancario. Atípico pero “no extraño”, precisó, porque el grupo era muy complejo, procedía de la integración de siete cajas y apenas tenía un año de vida. “Entendí que formaba parte del proceso de normalización”, dijo al tribunal de la Audiencia Nacional que enjuicia si hubo engaño a los inversores en la salida a Bolsa de Bankia.

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Tras Lagares declaró el que fuera director de Medios de Bankia, Pedro Enrique Vázquez, y finalmente Juan Bartolomé Pasaro, exresponsable de Bankia Habitat, una participada de Bankia que se encargaba de sacar al mercado los activos inmobiliarios del grupo y que antes fue director ejecutivo de riesgos de Caja Madrid. Su departamento hacía las refinanciaciones de deuda a las que apunta el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción, que las considera una de las operaciones contables que contribuyeron a que no se evidenciara el quebranto de las cajas. “Era una forma de recobro. Se hacía con oportuno criterio y uno a uno”, aseguró sobre estas refinanciaciones.

Bartolomé aseguró también que los inspectores del Banco de España destinados en Bankia conocían las decisiones que se tomaban en su departamento, porque tenían contacto directo con ellos. “Estábamos en la misma planta; trabajábamos codo con codo”, aseguró, y añadió que tenían acceso a todos los datos porque contaban con las claves del sistema informático.

El juicio, suspendido hasta el próximo lunes por la festividad local de San Isidro, se prolongará al menos hasta el 28 de septiembre, según una providencia a la que tuvo acceso Europa Press. Las sesiones del juicio oral llevan casi seis meses y se vieron suspendidas por la baja por enfermedad de la fiscal del caso, Carmen Launa. Los retrasos han obligado a alargar los siete meses con los que se contaba inicialmente.

Fuente: El País