El Santander y la tecnológica IBM anunciaron este miércoles que han firmado un contrato por el que el banco pagará 700 millones de dólares (620 millones de euros) a la firma estadounidense en un acuerdo de cinco años. El objetivo es que la tecnológica “ayude al Santander a acelerar y profundizar su transformación de negocio”. Según el comunicado conjunto, a pesar de la abultada cifra, este acuerdo supone “generar ahorros” para el banco en sus gastos anuales destinados a tecnología. La clave está en que hasta ahora el banco solo firmaba contratos tecnológicos año a año. Cerrar la alianza a largo plazo, durante un lustro, le ha reportado a cambio una reducción de su coste.

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Los bancos compiten cada vez más por el terreno tecnológico. El objetivo es que los clientes tengan la oficina en su móvil, y no en cada esquina de las ciudades. La competencia llega además desde dentro de la Red: a las fintech, empresas nacidas en Internet que ofrecen servicios financieros, se suma el interés de los gigantes tecnológicos como Google o Amazon por operar también como bancos.

Ana Botín, presidenta del Santander, ya anunció en la junta de accionistas de 2017 que su entidad apostaría por convertirse en un serio competidor digital. Aseguró que invertirían 1.900 millones de euros al año en este campo. En enero, en la presentación de resultados de 2018, elevó la cifra a 2.000 millones. Y el contrato firmado ahora no computa en esa cifra: es decir, que es un gasto añadido, destinado a los cambios tecnológicos, no la transformación digital.

En su presentación de resultados de 2018, la entidad también aseguró que tiene ahora cerca de 32 millones de clientes digitales, tras elevar la cifra un 26% en el año. El principal nicho de usuarios de su oficina virtual está en Brasil, con más de 11 millones, mientras que en España cuenta con cerca de 4,7 millones.

Proyectos conjuntos anteriores

Tras la firma del nuevo acuerdo con IBM, la tecnológica señaló que ayudará al banco de origen cántabro “a enriquecer sus servicios y aplicaciones” con tecnologías de inteligencia artificial, blockchain y big data, además de reforzar su seguridad informática.

Actualmente, Santander ya está utilizando la plataforma de inteligencia artificial IBM Watson, tanto a nivel externo (para adaptar los servicios a lo que piden los clientes), como interno (en temas de acceso a formación y productividad para sus empleados). También indicaron que IBM colabora ya con el banco en “metodologías y procesos” del Centro de Competencia Cloud [tecnología remota en la nube], que ha creado el Santander y donde está utilizando un conjunto de tecnologías como IBM DevOps e IBM API Connect, entre otras.

“Este contrato nos va a permitir tener un socio global con la mejor tecnología para acelerar la transformación en las tecnologías de la información. Creemos que este acuerdo con IBM representa un gran apoyo a nuestra estrategia de progreso constante, a la vez que protege nuestra inversión tecnológica”, declaró David Chaos, director de tecnología global del Santander.

El banco eleva su oferta para comprar su sede

EUROPA PRESS

El Banco Santander continúa con su batalla por volver a recomprar su Ciudad Financiera y sube su oferta hasta igualarla con la de su rival en la puja por adquirirla, según informó Europa Press. El recinto que quiere recuperar el banco, en Boadilla del Monte, está en manos de Marme, el fondo al que se lo vendió en 2008 tras pactar quedarse 40 años de alquiler. Marme está en concurso de acreedores desde 2014, y ahora la administradora concursal está liquidando la sociedad. En la puja que organizó, decidió considerar ganador al fondo de los hermanos Simon y David Reuben, porque su oferta era 51,5 millones superior a la del Santander. El banco presentó un recurso contra dicha oferta y está pendiente de que se resuelva. Sin embargo, ha decidido ejercer su derecho de tanteo y lanzar una contraoferta.

Si se diera la circunstancia de que el recurso de reposición sale adelante, esta contraoferta no sería necesaria y la propuesta de los Reuben quedaría invalidada, si bien el Santander prefiere guardarse las espaldas ejerciendo su derecho de tanteo por si el procedimiento de carácter potestativo no prospera.

Fuente: El País