La suerte ya está echada. Que el ministro de Economía, Luis de Guindos (16 de enero de 1960), quiera ocupar la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE) que quedará vacante en menos de seis meses, no es noticia. Como tampoco lo es los apoyos que está recabando el Gobierno para que esta apuesta llegue a buen fin, pese a que inicialmente el BCE había anunciado que no quería candidatos con perfil político, lo que afecta muy de lleno a la candidatura de Guindos. Además, el Parlamento Europeo ha pedido por carta al Eurogrupo que haya alguna candidata en la terna para ocupar la vicepresidencia del BCE. Y por qué no, también para la presidencia.

 Pero Guindos está decidido a convertirse en el número dos del BCE tras la salida la próxima primavera del portugués Vitor Constâncio. Y parece que cuenta con un peso pesado para lograr su objetivo, Alemania.

Según apuntan varias fuentes conocedoras de los movimientos de España para lograr recuperar presencia, y por lo tanto influencia en el BCE, Alemania también pretende obtener un puesto de relevancia en la institución de supervisión y de política monetaria europea. Nada más y nada menos que la presidencia. Y ya ha comenzado a trabajar para lograr su objetivo, aunque para que Mario Draghi (3 de septiembre de 1947) abandone su cargo queda aún más de un año y medio.

El país germano también ha comenzado a tomar posiciones para colocar a su candidato, el presidente del Bundesbank, Jeans Weidmann (20 de abril de 1968) como sustituto de Draghi.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró el pasado 11 de diciembre que el Ejecutivo aún no ha presentado la candidatura de Guindos al sillón de vicepresidente del BCE, que quedará vacante en mayo. Pero sí ha asegurado que espera que consiga el cargo, puesto que “es evidente que es una persona que tiene mucho crédito y mucho prestigio en Europa”.

Pese a que quedan aún casi seis meses para que Constâncio deje el puesto, se espera que a finales de enero se inicie la campaña para ocupar este sillón. Y Guindos ya se ha ganado el apoyo de Alemania, o por lo menos eso es lo que se dice en círculos financieros y políticos. El tándem Weidmann y Guindos parece contar el beneplácito de los mercados, asegura una fuente financiera, aunque matiza que no hay que dar nada por hecho. “El factor sorpresa en este tipo de elecciones hay que tenerse muy en cuenta”.

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Así, aunque considera que “Guindos tiene más de un 70% de posibilidades de ser el número dos del BCE, y de que inicialmente parece que cuenta con el apoyo de Alemania, lo cierto es que si el gigante europeo está dispuesto a llevarse la presidencia del banco central y detecta algún tipo de traba a sus proyectos por el hecho de que sean dos países de peso en la UE los que asuman los dos principales cargos del BCE puede que se piense dos veces sus apoyos”.

Y es que al parecer el tándem Alemania y España como número uno y dos del Banco Central Europeo crearía un precedente que no a todos los países les parece bien. “Lo tradicional es que la presidencia se la lleve un peso pesado europeo y que la vicepresidencia se quede en manos de un país pequeño. Y Alemania y España están considerados pesos pesados en Europa, aunque con grandes diferencias entre uno y otro”, recuerdan fuentes bancarias.

España vio disipada su influencia en el BCE en noviembre de 2012, al perder a su representante en el consejo del BCE por primera vez desde su creación en junio de 1998. José Manuel González-Páramo (9 de agosto de 1958) había finalizado su periodo como consejero, y ningún español logró posicionarse para relevarle en el sillón, ni siquiera Antonio Sainz de Vicuña (nacido en 1948), abogado que ocupó el cargo de director general del Servicio Jurídico del BCE hasta su jubilación en 2013. Fue el año negro para el sistema financiero español, en el que tras varios intentos de salvamento de las antiguas cajas de ahorros sin ayudas públicas, el Estado acudió a Bruselas para pedir fondos para inyectar a las entidades más tocadas por la crisis.

La candidatura de Guindos aún no es oficial, lo será en enero o a más tardar en febrero. Pero el todavía ministro de Economía español no quiere dejar cabos sueltos que le puedan entorpecer en su carrera europea. O así lo creen varias fuentes consultadas. Defensor del Fondo de Garantía Europeo, y conocedor de que su creación es solo cuestión de tiempo (el que tarde Alemania en poner en orden su sistema de protección de los depósitos de sus cajas de ahorros), ya ha avisado a BBVA y a Banco Sabadell de que vayan acelerando la amortización de sus esquemas de protección de activos (epas) concedidos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) español tras adjudicarse Unnim en el caso de la entidad que preside Francisco González, y de la CAM en el caso de Sabadell.

El tándem Weidmann y Guindos para el BCEREUTERS

Fuentes financieras aseguran que Economía ha pedido a BBVA y a Sabadell que liquiden estas garantías para cubrir las pérdidas surgidas en las antiguas cajas adquiridas por ambos bancos, aunque para ello Hacienda también tenga que negociar con Bruselas que este proceso acelerado de amortizar los epas no compute como déficit público, ya que es el FGD (considerado ente público) el que asume este coste, aunque sea con una derrama de la banca. El objetivo es que el FGD pueda integrarse en el fondo común europeo sin herencias de la crisis bancaria sufrida en España en la última década.

Estas mismas fuentes también vinculan la venta del 7% de Bankia en el mercado la semana pasada con unas pérdidas de 70 millones de euros a la recomendación del BCE y de Bruselas a que acelere la privatización de esta entidad. “Así se explicaría las prisas en vender un pequeño paquete de Bankia antes de cerrar el ejercicio, pese a que de esta operación no cumpliese con el principio de recuperar el máximo posible de las ayudas públicas al que se comprometió Guindos con el contribuyente en 2012”, señalan otras fuentes financieras.

Otras fuentes se preguntan si otro de los mensajes en los que últimamente ha vuelto a insistir más el BCE y Bruselas, además del FMI, que es en el de las fusiones bancarias también tendrá una nueva respuesta en España con la absorción de los bancos más pequeños que aún operan en el país, como Unicaja, Liberbank, Ibercaja, Kutxabank, Cajamar o en menor medida a Abanca por los gigantes españoles. “Es increíble lo pesado que se ha vuelto el BCE transmitiendo el mensaje de las fusiones. Nunca ningún supervisor había sido tan insistente”, subraya un banquero.

Por cierto, este banquero, como gran parte del sector y diputados y eurodiputados, han aplaudido, aunque no han salido aún de su asombro, ante la regañina que propició la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas (17 de junio de 1959), a la presidenta de la JUR (como el FROB español), Elke König, al no contestar prácticamente a ninguna de las preguntas realizadas en el Congreso por los diputados ante el proceso de resolución y posterior venta a Santander de Banco Popular. “No hay ningún precedente de una bronca así a un miembro de la supervisión europea. Está muy bien que se les pueda también afear a conducta”, afirma una fuente financiera.

Y por último solo un apunte. La nueva regulación de pagos que entrará en vigor en 2018, conocida como PSD2, no solo aumentará la competencia, sino que también volverá a ser un foco de negocio para los abogados, según mantienen fuentes financieras. “Esta norma protege más al cliente, pero también es verdad que va a suponer un nuevo foco de conflictos con los bancos, ya que el usuario no va a protestas si hay algún problema al proveedor que maneja también sus datos bancarios, sino al banco, aunque el papel de la entidad financiera no es ni será vigilar al nuevo proveedor de servicios de pagos”, señala un banquero.

Fuente: Cinco Días