El turismo ha sido uno de los principales motores de la economía tras la Gran Recesión. De hecho, durante años fue una de las pocas buenas noticias que la actividad económica se podía echar a la boca. Sin embargo, ahora se encuentra en pleno parón y parece haber tocado techo. Y está ante su decisión más difícil: qué quiere ser de mayor. Seguir creciendo en volumen como hasta ahora no parece viable, pero reposicionarse en el mercado para atraer a otro tipo de cliente es una tarea complicada que precisa de tiempo y de una estrategia definida.

El modelo de aumento en número de viajeros está prácticamente agotado (2019 será el séptimo año encadenando récord de llegadas, que ya superan los 83 millones), aunque se le pueden sacar aspectos positivos. “A falta de los datos de diciembre, habrá sido otro gran año para el turismo pese a las incertidumbres que han marcado el ejercicio como el Brexit, la desaceleración económica o la quiebra de Thomas Cook”, argumenta Isabel Oliver, secretaria de Estado de Turismo.

MÁS INFORMACIÓN

Pero la industria esconde otra cara menos amable. Porque existe una duda razonable: ¿caben más turistas? La respuesta, con matices, se podría resumir en que hay lugares donde se ha tocado techo (sobre todo en zonas de sol y playa). Aunque sí hay margen para crecer a lo ancho. Esto es, en puntos menos masificados y en meses con una demanda menor. Eso sí, la saturación alcanzada en el litoral tendrá un efecto rebote que puede resultar en una bajada en los próximos ejercicios.

Expertos y actores principales del sector consideran que la coyuntura todavía no es preocupante, pero que hay que reaccionar para evitar la caída. Y un desplome en un sector clave como este sería difícil de digerir por el país, sobre todo si llega en un momento de desaceleración como el actual y con poco margen fiscal para llevar a cabo medidas de apoyo. El enfriamiento del sector se siente especialmente en la llegada de turistas. En 2018 creció un 1,15% y en 2019 la subida es del 1,19% hasta noviembre. Si se compara con 2017, la diferencia es sideral: entonces se aumentó un 8,7%, más de 6,5 millones de turistas que un ejercicio antes. Además, como muestra del frenazo iniciado ya se registran descensos en meses clave (mayo, julio, agosto, septiembre y octubre).

Entrada de viajeros

Desde 2017 el crecimiento se ha frenado ligeramente. De un crecimiento medio del 6% anual se ha pasado a un 1% al año.

80 millones de personas

Desde 2010 creció un 58,4%, unos 30 millones

Datos hasta noviembre de cada año

Cambio de estacionalidad

Entre 2018 y 2019 han caído las llegadas en temporada alta, pero se ha compensado subiendo hasta un 5,74% en meses de temporada baja.

Cambio de origen

Reino Unido, Francia y Alemania representan casi la mitad de los turistas que vienen a España.

En 2019 han descendido en 700.000 los viajeros procedentes de los tres países con respecto a 2018, pero se ha compensado con países que representan solo el 10,3% de los que nos visitan.

Aumentan viajeros

Estados Unidos

363.450

Disminuyen

–718.096

Austria

266.361

Francia

–139.567

Alemania

–198.588

Irlanda

133.104

Japón

131.112

Reino Unido

–379.941

Corea del Sur

121.662

México

103.989

Fuente: INE (Frontur)

Entrada de viajeros

Desde 2017 el crecimiento se ha frenado ligeramente. De un crecimiento medio del 6% anual se ha pasado a un 1% al año.

80 millones de personas

Desde 2010 creció un 58,4%, unos 30 millones

Datos hasta noviembre de cada año

Cambio de estacionalidad

Entre 2018 y 2019 han caído las llegadas en temporada alta, pero se ha compensado subiendo hasta un 5,74% en meses de temporada baja.

Cambio de origen

Reino Unido, Francia y Alemania representan casi la mitad de los turistas que vienen a España.

En 2019 han descendido en 700.000 los viajeros procedentes de los tres países con respecto a 2018, pero se ha compensado con países que representan solo el 10,3% de los que nos visitan.

Aumentan viajeros

Estados Unidos

363.450

Disminuyen

–718.096

Austria

266.361

Francia

–139.567

Alemania

–198.588

Irlanda

133.104

Japón

131.112

Reino Unido

–379.941

Corea del Sur

121.662

México

103.989

Fuente: INE (Frontur)

Entrada de viajeros

80 millones de personas

Desde 2017 el crecimiento se ha frenado ligeramente. De un crecimiento medio del 6% anual se ha pasado a un 1% al año.

Desde 2010 creció un 58,4%, unos 30 millones

Datos hasta noviembre de cada año

Cambio de estacionalidad

Entre 2018 y 2019 han caído las llegadas en temporada alta, pero se ha compensado subiendo hasta un 5,74% en meses de temporada baja.

Cambio de origen

Reino Unido, Francia y Alemania representan casi la mitad de los turistas que vienen a España.

Aumentan viajeros

En 2019 han descendido en 700.000 los viajeros procedentes de los tres países con respecto a 2018, pero se ha compensado con países que representan solo el 10,3% de los que nos visitan.

Estados Unidos

363.450

Disminuyen

–718.096

Austria

266.361

Francia

–139.567

Alemania

–198.588

Irlanda

133.104

Japón

131.112

Reino Unido

–379.941

Corea del Sur

121.662

México

103.989

Fuente: INE (Frontur)

El turismo español acaricia su techo

Previsión a la baja

Por si todo ello fuera poco, para el próximo ejercicio la previsión no es nada halagüeña. Ryanair, la principal aerolínea en número de pasajeros transportados en España, estima que moverá un 1,5% menos de pasajeros. Y la quiebra de Thomas Cook deja en el aire a más de tres millones de turistas que viajaban con el turoperador al país y pone en jaque la conectividad con Canarias y Baleares. “Se seguirá plano o incluso es posible que caiga la llegada. Dependerá de lo que ocurra con los países competidores del Mediterráneo”, explica Juan Ignacio Pulido, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén.

Aquí entra en juego un factor que explica parte de la subida en la última década: los turistas prestados. Estos son los visitantes que eligieron España porque competidores de sol y playa como Turquía, Túnez y Egipto se desplomaron por la inseguridad en la zona. Pero estos países ya comienzan a recuperar su parte del pastel: en el último año España vio cómo se esfumaron (hasta noviembre) más de 700.000 viajeros británicos, alemanes y franceses. Algo que la industria ha compensado hasta ahora con una mayor llegada de visitantes de lugares como Estados Unidos y de países asiáticos, entre otros. “Esta apuesta redundará en una mayor sostenibilidad y rentabilidad del sector”, defiende la secretaria de Estado.

Una vez superado el debate del número, los expertos consultados apuntan al gasto. “Es positivo que la facturación siga marcando récord”, argumenta José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur. En el gasto se registra un aumento algo más vigoroso (en torno al 3% en los dos últimos ejercicios), aunque también muy por debajo del 12% de 2017, según el INE. Una cuenta que no filtra lo que los viajeros gastan en origen. Es decir, lo que no se produce en España. Para evitar esto, el Banco de España recoge en los datos de la balanza de pagos los ingresos derivados del turismo. Si estos se dividen entre el número de turistas, el gasto va en aumento desde hace tres años (834 euros en 2018, último dato disponible), aunque está por debajo de la ratio de 2013 (850 euros por visitante).

El litoral, en jaque por una llegada descontrolada

Los empresarios del sector llevan años frotándose las manos con un negocio en ebullición. Pero la industria también puede morir de éxito. “El turismo debe servir para mejorar la calidad de vida de las personas y creo que eso lo hemos olvidado”, argumenta el profesor de Economía Aplicada Juan Ignacio Pulido. Este experto sostiene que la saturación afecta gravemente a los recursos básicos. “Es un problema serio en algunos lugares donde se ha superado la capacidad de carga”, insiste. Muestra de ellos es la reciente regulación en Baleares contra el turismo de borrachera.

Para evitar esto, ya se comienza a hablar de poner límites a las llegadas en determinadas áreas. “Hay ciertas ciudades y zonas que ya no quieren más turistas porque están saturadas. No se puede seguir creciendo en número porque genera rechazo en la población”, defienden dirigentes del lobby turístico Exceltur.

En este contexto, las plataformas que ofrecen pisos turísticos han jugado un papel determinante, ya que incrementan las opciones de alojamiento y contribuyen a que se produzca una subida brusca. Un cóctel explosivo que las zonas de más demanda no han sido capaces de gestionar. Las plataformas defienden el efecto redistributivo que tienen, algo que es en parte cierto. Sin embargo, desde hace años este argumento se comenzó a caer por la entrada en el negocio de inversores profesionales.

Fuente: El País