El gobernador del estado brasileño de Pará, uno de los nueve estados amazónicos, al norte del país, recaló en Madrid a principios de diciembre para participar en la Cumbre del Clima (COP25). Helder Barbalho (Belém, Brasil, 1979), en contra de la expansión de la actividad minera y agroindustrial en zonas protegidas del Amazonas de espaldas a las comunidades indígenas, como propone el presidente del Gobierno, Jair Bolsonaro, hace balance sobre la situación de este bosque tropical gravemente afectado en verano por los incendios, y defiende que el desarrollo agrícola y minero en el área es posible si es sostenible y si respeta e integra a los pueblos locales.

¿Cómo está el Amazonas?

En 2019 los incendios fueron más graves que en 2018. Por eso tenemos que avanzar en la regularización de las tierras y la mejora de la acción policial para que cualquier criminal no piense que el estado de Pará acepta este tipo de acciones. Tenemos el desafío de fomentar un cambio de mentalidad, de colocar en la cabeza de todos que es posible vivir en Pará, en el Amazonas, sin tener que derribar un árbol.

¿Cuántas hectáreas han sido afectadas?

Este año, en el estado de Pará, cerca de 4.000 km2. Es un número importante, por eso tenemos que trabajar para mostrar a las corporaciones locales que podemos desarrollar un nuevo modelo económico en el que es posible la producción sin necesidad de deforestar; la selva debe ser vista como un negocio, como una oportunidad, por eso es fundamental que se avance en la reglamentación del artículo 6 del Acuerdo de París [la entrevista se hizo durante la celebración de la COP25, que terminó finalmente sin un consenso sobre el mercado de carbono]. Tenemos un compromiso con el Acuerdo de París, con la reducción de emisiones y la transición hacia el desarrollo sostenible. Con la regulación del artículo 6, tenemos que implementar efectivamente los servicios ambientales, la compensación del carbono, que la selva sea la nueva commodity global. Tenemos que enviar un mensaje a los pueblos locales de que un bosque saludable, bien conservado, es tan rentable como la producción de grano, de carne…

Queremos que la selva sea la nueva ‘commodity’ global; si está saludable, es tan rentable como la producción de grano

En ese nuevo modelo económico que propone, ¿qué tipo de negocios se pueden desarrollar?

La economía de la biodiversidad, tenemos el bioma más grande del mundo; el ecoturismo también es fundamental, y la importancia del bosque en la captación del dióxido de carbono, la compensación: tenemos que saber cuánto vale y quién va a pagar, las industrias, por ejemplo, el sector petrolífero, que tiene unas elevadas emisiones de carbono. Ellos tienen que compensar sus emisiones. Tenemos que establecer un ordenamiento en este territorio, en el sentido de que si una industria emite carbono, hay otra que lo capta. Esta cultura económica puede garantizar que la selva se convierta en un nuevo activo, con precio, monetización y reglas necesarias para asegurar su supervivencia. Es una solución ambiental y económica para las regiones.

El Ejecutivo de Bolsonaro ha anunciado que va a impulsar actividades mineras en el Amazonas, ¿qué opina?

Es necesario tener mucha cautela, mucha calma, para apreciar el tema. La minería no está en conflicto con el medio ambiente. Mi estado es la mayor provincia minera de Brasil.

Entonces, ¿está de acuerdo con su desarrollo?

Tenemos muchos casos de minería sostenible. Por tanto, es posible su conciliación. Lo que no es válido es abrir la puerta a que todo se pueda, eso queda absolutamente descartado. Tenemos que ser responsables y promover un equilibrio entre la producción minera, la agrícola y la sostenibilidad que respete a los pueblos y a las comunidades tradicionales.

Tenemos que impulsar un cambio de mentalidad, hacer entender que se puede vivir sin derribar un árbol

¿Quiere decir que apoya el planteamiento del Gobierno federal siempre y cuando sea sostenible y cuente con el apoyo de las comunidades locales?

Estoy a favor de la minería sostenible, y la minería en áreas indígenas tiene que respetar a los pueblos locales; el Estado no puede hacer este desarrollo minero de espaldas a las comunidades indígenas, sin contar con ellos. Tenemos que respetar su historia, su cultura, su entorno, la vida de las personas; no podemos pasar por encima de ellos, hay que integrarlos en el desarrollo. Brasil es un pueblo unido, que respeta al prójimo, y hay que reprobar a aquellos que no lo hacen. Si hay conciliación, bien; si no, tenemos que buscar otro modelo. Los intereses de los grandes no pueden matar los de los pequeños.

¿Qué entiende por minería sostenible?

En mi estado tenemos proyectos sostenibles donde las empresas mineras tienen la responsabilidad de mantener y preservar las zonas boscosas. Por ejemplo, lo que suprimen o deforestan en un área tienen que compensarlo en otra mediante la reforestación. Si hacemos esto, hay un equilibrio. Tenemos que lograr que haya una compensación en toda la actividad.

Helder Barbalho “En el Amazonas es posible una agricultura y minería sostenibles”

¿Qué iniciativas ha puesto en marcha para preservar el Amazonas?

Colaboramos con el programa Amazonia Agora [Amazonas Ahora] para fortalecer, por un lado, la actuación policial, las medidas de control y fiscalización, y, por otro, para favorecer la regularización de tierras, el crédito a los productores y la formación técnica. Estamos comprometidos especialmente con la producción sostenible en estas comunidades, a cultivar sin dañar el bosque. Contamos con el fondo Amazonia Oriental (FAU) gracias al apoyo de entidades globales, la sede del Gobierno y la iniciativa privada.

¿Cuánto mueve este fondo?

El fondo fue creado por nuestro Gobierno hace dos meses. En este momento estamos solicitando terrenos y financiación. La COP25 fue muy importante para el diálogo y la captación de recursos.

¿Qué monto quiere captar?

El Ejecutivo federal debe pasar este año directamente al Gobierno del estado de Pará 93,45 millones de reales [unos 20 millones de euros], que provienen de Petrobras a través del Fondo Lava Jato. Pero estamos buscando más recursos para hacer viable este proyecto a largo plazo. Además, esperamos contar con un mecanismo de compensación de emisiones [esta regulación se ha dejado para la COP26 de Glasgow].

Fuente: Cinco Días