El mundo es mucho más pequeño desde la revolución digital. Ha cambiado la forma en la que vivimos. Nos desplazamos a través de las fronteras más que nunca. La forma en la que compramos y pagamos nuestras facturas está evolucionando. Con nuestro smartphone como fiel compañero, que nos acompaña a donde quiera que vayamos, esperamos una conectividad eficiente en cualquier lugar y realizar pagos de la forma que prefiramos. Ya sea en el transporte público en el que queremos pagar rápidamente a través de tecnología contactless o comprando online desde casa, queremos elegir el método, el momento y el lugar que más nos convengan.

Sin embargo, el desarrollo de estos nuevos servicios requiere un marco legal actualizado que permita, tanto a empresas como a consumidores, hacer uso con total comodidad y libertad de todas las posibilidades que ofrecen.

En este sentido, la Directiva Europea de Servicios de Pago (PSD2, por sus siglas en inglés), que se debe implementar en los Estados miembros desde el pasado 13 de enero, trata de responder a este entorno en constante cambio. Su objetivo es modernizar el actual marco legal alineado con la evolución tecnológica y del mercado, incrementar la protección y elección del consumidor, e impulsar el desarrollo del ecosistema de los pagos.

Aunque estos desarrollos son indudablemente importantes, la PSD2 debería ser vista como parte de algo más grande y, por tanto, el sector de los pagos debe mantener a los consumidores en el centro de todo lo que hace. Esto significa que, mientras se toman medidas para asegurar altos niveles de seguridad y protección, debemos asegurarnos de que la experiencia de compra seguirá siendo sencilla y fluida, así como de evitar el incremento de la fricción en el proceso de compra, que podría generar una barrera para la aceptación y adopción de estos sistemas.

Los próximos años serán muy interesantes en este sector. Con todo esto en mente, los actores más relevantes del ecosistema de pagos estamos en una posición ideal para continuar creando experiencias de pago fluidas a los consumidores, tanto offline como online, y seguir innovando para ofrecer una seguridad perfecta mediante soluciones como la Inteligencia Artificial (IA) y la biometría.

La gran mayoría de los consumidores (93%) prefiere la biometría por encima de las contraseñas para autenticar los pagos u otros servicios financieros, de acuerdo con un estudio reciente realizado por la Universidad de Oxford en colaboración con nuestra empresa, y el 92% de los bancos quiere adoptar la tecnología biométrica en los próximos años.

Las tecnologías de identificación biométrica y por comportamiento están reduciendo de forma considerable la fricción en las compras y suponen una forma de pago más segura en cualquier canal. Para acelerar la transición hacia esta nueva forma de autenticación, en línea con los requerimientos de la directiva PSD2 europea en materia de la Strong Customer Authentication (SCA), será esencial ofrecer un paquete de servicios de seguridad que proporcionen una mejor y más segura experiencia de usuario.

Todo esto no son más que buenas noticias para el consumidor; sin embargo, el cambiante mundo de los pagos es mucho más que las últimas tecnologías. Los pagos a través de tarjeta seguirán existiendo en Europa, y los consumidores continúan dependiendo de la posibilidad de pagar con tarjeta tanto en tiendas físicas, como online o a través de apps. Por lo tanto, es crucial darles mayor seguridad a los usuarios con servicios adicionales asociados a sus tarjetas, especialmente en materia de fraude. Y por ello, la biometría no debería ser considerada como una solución única sino que debería formar parte de un grupo de soluciones que incluya el servicio de detección de fraude basado en inteligencia artificial, y también el servicio de notificaciones de alertas de transacciones basadas en el móvil, que permitan, respectivamente, reducir el fraude y mejorar los controles de gasto.

Es importante que los negocios no pierdan de vista las oportunidades que ofrece la era digital, en la que un simple toque de un dedo puede ser suficiente para realizar un pago.

Por lo tanto, ofrecer el mayor abanico de opciones de pago posible requiere un perfecto equilibrio entre seguridad y experiencia del consumidor. Por este motivo, generar confianza es clave, y ya sea mediante nuevas soluciones como la tokenización o la biometría o mediante políticas que se centren en el consumidor, los consumidores necesitan estar tranquilos a la hora de realizar sus pagos.

En definitiva, esto será lo que determine el panorama de los pagos en Europa, y, en un entorno cada vez más competitivo, aquellos que mantengan la protección y la experiencia del consumidor en el centro de su negocio serán los que prosperarán.

Carlo Enrico es presidente para Europa Occidental de Mastercard

Fuente: Cinco Días