La moda infantil con la insignia made in Spain seduce al mundo. En las últimas dos décadas, este nicho de mercado se ha abierto paso en una competitiva industria textil gracias a sus originales diseños en ropa, zapatos y accesorios. Su éxito ha sido tal que desde los duques de Cambridge hasta personalidades como Victoria Beckham han vestido a sus retoños con alguna prenda que porta el sello español. “El país es la cuna de Europa en vestimenta y artículos infantiles”, afirma Lores Segura, directora de la Asociación Española de Productos para la Infancia (Asepri). Pero ocupar ese sitio no ha sido sencillo. Las marcas han encarado una profunda transformación digital que se ha mezclado con una crisis económica y cambios en los hábitos de consumo.

“Han sabido anticiparse a las exigencias del nuevo consumidor, con una mejor imagen y, sobre todo, con precios competitivos”, destaca Segura. Hoy son un referente. “Los clientes consideran que nuestras firmas son marcas de tendencia y lujo por su diseño e innovación”, agrega. Este segmento vive un momento dulce, con una facturación creciente que en 2017 ascendió a 1.228 millones de euros, según los últimos datos de Asepri. Ahora va a por más y espera seguir sumando adeptos en la Feria Internacional de la Moda Infantil y Juvenil (­Fimi), que se celebrará en Madrid del 1 al 3 de febrero. El espacio será la oportunidad para que las empresas nacionales y extranjeras den a conocer sus productos a profesionales provenientes de más de 30 países.

“La Fimi se vuelve más internacional que nunca”, dicen desde Feria Valencia e Ifema, coorganizadores del encuentro. “El evento es todo un escaparate”, afirma Marta Coloma, directora de Ma Petite Lola, una compañía alicantina que tiene prendas hechas únicamente con tejidos reciclados. “La feria es un puente que conecta a la marca con muchos profesionales de la industria”, agrega esta empresaria que compartirá el espacio con diversas firmas nacionales como Abel & Lula by Mayoral, Belán, Canada House, Foque, JV José Varón, Oca Loca, Tuc Tuc y Yoedu. “Nos esforzamos en seleccionar las insignias más relevantes y con proyección en el sector para ofrecer una oferta diferente y de calidad”, añaden los organizadores del veterano certamen, que inició su trayectoria en Valencia en 1962, vinculada a la Feria del Juguete.

En 1976 la Fimi se independizó y a partir de 1980 empezó su proceso de consolidación, con la celebración por vez primera de dos ediciones por año: primavera-verano y otoño-invierno. En mayo de 2018 se sumó también el Día Mágico by Fimi, una cita dedicada a las comuniones y ceremonias. En estos más de 50 años de trayectoria, los asistentes al evento han sido testigos de los cambios que ha sufrido la industria, que comenzó a tejerse en los años sesenta, a través de la imitación en la forma de vestir de la burguesía. Los primorosos bordados eran el principal adorno de los modelos exclusivos de aquellos años. Fue la época de los trajes a medida y también de la introducción del tergal (una fibra sintética de poliéster).

La confección en aquellos tiempos era artesanal. Se cosía fundamentalmente en casa, según recuerdan en el sector. A pesar de que no había una industria, la moda infantil española ya comenzaba a obtener un prestigio en el exterior debido a su perfecto acabado. En los años setenta, los clientes optaron por la comodidad y los diseños funcionales en los modelos infantiles. La confección artesanal fue sustituida por la industrial y las fibras sintéticas fueron los materiales preferidos. Durante los años ochenta, este nicho inició su transformación a lo casual, una tendencia que se extendió hasta la década de los noventa.

Fue al inicio de este nuevo milenio cuando la moda infantil española empezó su verdadera apuesta internacional. En esa época reinaban los modelos de fabricación más robustos y novedosos. La industria textil se consolidaba tanto en el mercado local como en el externo. El primer objetivo fue llevar los modelos (llenos de distintos estilos, acabados, colores y tejidos) a los países europeos. Este salto ha sido uno de los catalizadores que han impulsado al sector especializado en los niños de 0 hasta 16 años. Y además, en tiempos de crisis económica, ha sido su salvación.

Tirón en el exterior

Ahora, el 54% de la facturación total del sector proviene del extranjero, de acuerdo con Asepri. La Unión Europea es el principal destino, aunque sigue perdiendo peso. La zona representa un 66% de las ventas al exterior, frente al 79% que controlaba en 2011. Ello ha sido consecuencia de un mayor dinamismo mostrado por los nuevos mercados, como los de América del Norte. Italia es el principal cliente concentrando alrededor de una sexta parte de las ventas foráneas. A gran distancia le sigue Portugal (11%), Reino Unido (8%) y Grecia (7%). Fuera de la UE, México, Rusia y EE UU copan un 16%. “Las marcas españolas ofrecen colecciones de calidad a precios democráticos”, arguye Segura.

Muestras de ello se darán en el próximo encuentro de la ­Fimi —que tradicionalmente se desarrollaba en Valencia y que se trasladó a Madrid en enero de 2014—, en donde también se podrán apreciar algunos modelos de firmas internacionales, como las italianas Please o Birba y Trybeyond. O las portuguesas Laranjinha, Play Up o Ponto por Ponto. Habrá espacio para las colecciones más vanguardistas, minimalistas o eco friendly de empresas como Arsène et les Pipelettes, Jim & Lucy, Maison Lex o Message in the Bottle. Asimismo, los diseños de Agatha Ruiz de la Prada, Nieves Álvarez y Francis Montesinos lucirán en una pasarela profesional especializada en moda infantil que por primera vez abrirá sus puertas al público.

Fuente: El País