La industria del perfume y la cosmética es una de las que más invierten en innovación. Es la principal conclusión del proyecto Feeling Innovation de Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), presentado este miércoles en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Las organizaciones invierten entre el 3,4% y el 5% de su facturación a la innovación, una horquilla que está en línea con el resto de los países europeos, pero muy por delante de otros sectores. La automoción dedica en torno al 2,4%, la química, el 1,1% y la alimentación, el 0,5%, según explicó la directora general de Stanpa, Val Díez, durante su intervención. Una inversión que no cae en saco roto, sino que se traduce en resultados prácticos para la industria: de las 2.453 patentes publicadas en el último año a nivel europeo relacionadas con el ámbito de la cosmética, la perfumería y los aceites esenciales, el 36% de ellas tienen su origen en España. Estas 881 licencias sitúan al país a la cabeza del continente, por delante de Francia y Alemania.

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Esta dedicación también tiene un impacto positivo a la hora de comercializar los productos. En concreto, la industria de la perfumería y la cosmética en España es el quinto mercado de la Unión Europea, con casi 7.000 millones de euros de consumo, presente en más de 150 mercados y con un volumen de exportaciones de más de 4.260 millones de euros, superior a productos tan característicos como el vino, el aceite o el calzado. Todo ello sitúa a España entre los 10 principales exportadores mundiales de productos de belleza y en el segundo puesto de exportación mundial de perfumes.

Estas cifras se han alcanzado, entre otros factores, gracias a la velocidad de la innovación. La cosmética es una industria capaz de adaptarse a un mundo en constante evolución. Según Díez, esta habilidad responde a la situación particular del sector, a medio camino entre los bienes de consumo y la salud. “Lo primero nos exige mucho dinamismo, estar siempre al día de las demandas de los consumidores, mientras que lo segundo requiere rigor”, justifica la directiva.

“La tecnología es en lo primero que se piensa cuando se habla de innovación, pero también se desarrollan novedades en gastronomía y en el sector turístico. Hay que tener presentes estos nuevos indicadores”, justificó la ex ministra de Ciencia e Innovación y actual presidenta de Cotec, Cristina Garmendia, para quien innovar es todo cambio que se basa en conocimiento, no necesariamente científico, y que genera algún valor, que puede ser diferente al económico.

La investigación que hay detrás de cada producto no solo es una oportunidad comercial, sino un espacio para los profesionales científico-técnicos. Así, en un contexto de fuga de talento –España perdió 12.000 científicos entre 2010 y 2017, según el Informe Nacional RIO elaborado por el Observatorio de Investigación e Innovación de la Comisión Europea–, esta industria es una oportunidad para el desarrollo de este tipo de perfiles. Actualmente, el 21% de los profesionales del sector son químicos, farmacéuticos, ingenieros o biólogos.

El proyecto Feeling Innovation, presentado este miércoles, se centra en conectar la innovación con las demandas de la sociedad a través de tres palancas: el bienestar, la diversidad y la sostenibilidad. Para lograr este objetivo, Stanpa ha creado un comité asesor en innovación que cuenta con expertos en la materia desde diferentes áreas de experiencia. La directora general de Google España y Portugal, Fuencisla Clemares, la directora del CNIO, María Blasco, y el presidente de ISDI, Javier Rodríguez Zapatero, son algunos de los nombres que tratarán de hacer frente a los futuros retos del sector.

Fuente: El País