La cúpula del BCE, la institución europea clave durante la crisis, se retira. El presidente Mario Draghi y prácticamente todos sus consejeros darán un paso a un lado en los próximos 18 meses. Esa renovación empieza hoy: el Eurogrupo (formado por los ministros del euro) elegirá al sustituto del número dos en Fráncfort, el portugués Vítor Constâncio. Guindos es favorito. Pero el irlandés Lane cuenta con el respaldo del Eurobanco y la Eurocámara, e Italia puede dar una sorpresa a España con una maniobra de última hora. Ese nombramiento puede devolver a España a la primera línea de la UE, pero tiene también potencial para provocar un descalabro diplomático. Se trata de un movimiento importante, que puede tener consecuencias a la larga: “Los próximos altos cargos del BCE lo tienen relativamente fácil en los próximos tiempos, pero más adelante serán quienes lidien con la próxima gran crisis, y la eurozona sigue sin estar preparada para ello. Los líderes europeos deberían elegir a los mejores”, subraya Paul de Grauwe, de la London School of Economics.
A las cinco en punto de la tarde. El Eurogrupo tiene una reunión de trámite: en la agenda figuran tan solo Grecia —y no se esperan sorpresas—, el futuro del mecanismo de rescate (Mede) y la situación de Irlanda. Hacia las cinco de la tarde se abordará el asunto estrella: ¿Guindos o Lane? Ese nombramiento exige mayoría cualificada, el voto de 14 países con un peso del 65% de la población. Sin ella, el Ecofin no podría recomendar un nombre a los líderes europeos, que tomarán la decisión definitiva (también por mayoría cualificada) en marzo.
Apoyos para España. Alemania apoya a Guindos. Y Francia, con la boca pequeña, y Holanda. Entre los socios de menor tamaño, hasta cuatro socios se inclinan explícitamente por Guindos: Letonia, Malta, Eslovaquia y Portugal.
Italia, la gran incógnita. “Aún estamos evaluando a ambos candidatos, en función de planes distintos”, aseguran crípticamente fuentes italianas a este diario. Guindos no gusta en Roma porque el ministro español ha sido fiel escudero del halcón alemán Wolfgang Schäuble durante los años de austeridad a ultranza. Italia cree que el nombramiento de Guindos es una afrenta a la independencia de Fráncfort. España, además, frustró la candidatura de Milán a la Agencia del Medicamento. Y lo fundamental: porque la gestión de la próxima crisis depende del sustituto del presidente Draghi, y con Guindos en la vicepresidencia se allana el camino hacia las alturas del alemán Jens Weidmann, extremadamente crítico con los estímulos que tan bien le han ido al euro y a Italia (y a España). Roma no bloqueará a Guindos si no encuentra aliados. Pero el asunto ha entrado de lleno en la agenda política italiana, en plena campaña electoral. “Si Italia e Irlanda encuentran cuatro aliados, el futuro de Guindos es incierto”, aseguran fuentes europeas. El fiel de esa balanza puede ser Francia, que en principio apoya al español pero puede cambiar de idea para debilitar la opción de Weidmann en favor del gobernador de su banco central, François Villeroy de Galhau.
Quiniela: Guindos. El BCE y la Eurocámara (que tienen un rol puramente consultivo) se inclinan por Lane. Pero Guindos tiene las de ganar. Eso sí: pese a los apoyos del español en el Eurogrupo, Irlanda no ha dado el paso a un lado que se esperaba porque aún se ve con opciones de sorprender.
Un Eurogrupo con menos halcones
Europa ha sido atrevida en su política monetaria, capitaneada por Mario Draghi. Y, con Alemania al mando, extremadamente conservadora en el plano fiscal. Los tiempos están cambiando: el ministro alemán Wolfgang Schäuble abandonó el cargo hace unas semanas; le sustituye el socialdemócrata Olaf Scholz, con un perfil distinto. Los escuderos de Schäuble también se van: el holandés Jeroen Dijsselbloem ha dejado la presidencia del Eurogrupo en manos del socialista portugués Mário Centeno, con otra aproximación en el plano fiscal, y Guindos pretende cambiar Madrid por Fráncfort. “Podemos ver un Eurogrupo muy diferente: la crisis no es lo que era, Berlín y París hablan de reformar el euro y las incógnitas son el liderazgo de Centeno y el papel de Italia tras las elecciones”, resumen fuentes europeas.
Fuente: El País