En los últimos años, uno de los aspectos que más ha evolucionado de la inteligencia artificial es el procesamiento del lenguaje natural. Es lo que hace posible, por ejemplo, que Siri o Alexa te entiendan cuando les hablas y que puedan contestarte de forma coherente. Esta evolución ha sido posible gracias al desarrollo de técnicas de aprendizaje automático especializadas en analizar y entender la relación que hay entre las palabras: extraen conclusiones de con qué frecuencia y cómo de vinculadas están las palabras entre sí. Así es como funciona el texto predictivo de tu teléfono.

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Ahora un grupo de investigadores del Lawrence Berkeley National Laboratory (California, Estados Unidos) ha utilizado esta tecnología para analizar 3,3 millones de estudios científicos, según publica MIT Technology Review. Se trata de investigaciones publicadas entre 1922 y 2018 en revistas que hablan sobre la ciencia de los materiales. Analizando la relación entre palabras, la inteligencia artificial fue capaz de capturar el conocimiento fundamental dentro del campo, incluida la tabla periódica y la forma en que las estructuras de los químicos se relacionan con sus propiedades.

Hasta aquí, la IA había sido capaz de llegar a las mismas conclusiones que los investigadores. Pero fue un paso más allá. Gracias a su capacidad de calcular analogías, también encontró «varios compuestos químicos que demuestran propiedades similares a las de los materiales termoeléctricos, pero que no se habían estudiado como tales anteriormente», según publica MIT Technology Review. Los investigadores creen que esta podría ser una nueva forma de analizar y sacar más partido a la literatura científica ya existente: se podrían extraer correlaciones previamente no consideradas y acelerar el avance de la investigación. Las conclusiones se publicaron la semana pasada en Nature.

Esta no es la primera vez que estas técnicas descubren relaciones fascinantes y, a veces, sorprendentes dentro de una gran cantidad de texto. En 2017, un artículo publicado en la revista científica Science descubrió que la misma técnica utilizada para procesar un corpus gigante de texto de Internet reproducía con éxito los prejuicios humanos históricos contra la raza y el género, e incluso calculaba la proporción entre hombres y mujeres en diferentes profesiones. Estos documentos muestran cuánta información sobre nuestro mundo está implícita en el lenguaje humano. 

Fuente: El País