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La investigación por competencia desleal que el Gobierno de EE UU inició el verano pasado contra los productores españoles de aceituna negra continua esta semana con la visita de un grupo de inspectores del Departamento de Comercio para verificar la información que, durante estos meses, las empresas le han facilitado. El viaje, que comienza esta semana en Bruselas y Madrid y que continuará la próxima en Sevilla, se produce dos semanas después de que la Administración de Donald Trump impusiera un nuevo arancel provisional a estas empresas que, según la patronal, hace «imposible» continuar en el mercado. «El sector no puede soportar, de media, un 22% de impuestos», apunta el secretario general de Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa), Antonio de Mora.

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La visita de los inspectores se enmarca dentro del procedimiento normal de este tipo de investigaciones y persigue comprobar que no existen discrepancias en la documentación elaborada y enviada por las Administraciones y las empresas, según fuentes de la patronal. Durante estos meses, los productores han tenido que remitir a Comercio tanto información sobre las subvenciones que reciben como de las propias empresas. «En caso de que vieran que esa información no cuadra, podrían modificar los aranceles impuestos», explica De Mora, quien señala que la visita se prolongará hasta marzo y que se realizará de manera «muy confidencial» entre abogados y empresas. La primera fase de la verificación se centrará en las ayudas y, ya en marzo, en la supuesta competencia desleal. Tras la denuncia de dos empresas californianas, EE UU abrió el pasado julio un expediente al considerar que los productores españoles pueden estar beneficiándose de ayudas supuestamente injustas que les permite vender por debajo del precio del mercado. 

Ante la «desmesurada agresividad» de la investigación de Comercio, el sector mira con preocupación hacia un mercado al que, en 2016, exportaron 32 millones de kilogramos de este tipo de oliva por valor de 70 millones de euros. Hasta que la investigación finalice en julio, EE UU decidió imponer, en noviembre, un primer arancel de un 4,47% de media y otro, a finales de enero, del 17,13%. «Aunque los daños se irán viendo progresivamente, el sector no tendrá más remedio que ir saliendo del mercado en los próximos meses. Ya hay contratos que se han perdido por la incertidumbre y muchas son las empresas que, en estos momentos, están negociando con sus compradores para ver cómo solventan la situación», explica De Mora, quien no ve viable aguantar hasta que la resolución sea definitiva.

«El sector no puede competir ofreciendo un producto un 22% más caro, tampoco puede asumir su coste», explica el responsable. «Hay contratos que se nos han ido a Marruecos, clientes que han reducido sus pedidos y otros que están a la espera de que, de aquí a marzo, cerremos un acuerdo comercial», explica el presidente de Agro Sevilla, Gabriel Redondo, cuyas exportaciones de aceituna negra a EE UU representan un 20% de su producción. «La salida del mercado supondrá una reestructuración de la cadena de producción», apunta Redondo, quien recuerda que tiene compradores con 18 años de antigüedad. «Es algo muy doloroso», añade. 

La salida del mercado estadounidense creará un «desequilibrio» en todo el sector de la aceituna de mesa, tanto en la negra como en la verde, señala De Mora. «Se intentará colocar en otro mercado, pero eso provocará un desequilibrio por exceso de oferta; también podrá optarse, ya el próximo año, de venderla como verde, pero más de lo mismo», señala el secretario general, quien asegura que si en julio retiran los aranceles se volverá al mercado. «Está claro que nuestra salida beneficiará a países como Egipto, Portugal,… pero a España no se le puede sustituir de la noche a la mañana, tan rápido, en dos días. No creo que tengamos problemas para recuperar el mercado», afirma De Mora, quien defiende que las subvenciones que recibe el sector están avaladas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y recuerda que, con esta actuación, EE UU está cuestionando la Política Agraria Común (PAC) en su conjunto.

Ante los pasos de EE UU, tanto De Mora como Redondo han pedido a las Administraciones más contundencia en su respuesta. «No es suficiente con que digan en un Consejo de Ministros que hay decepción por la situación. Eso ya lo sabemos, pero ¿qué vamos a hacer?», señala De Mora, quien asegura la Unión Europea puede «usar las mismas armas» que Trump y abrir procedimientos contra productos estadounidenses. «EE UU ha iniciado una guerra comercial contra Europa y nos ha tomado como cabeza de turco», apunta Redondo.

En este sentido, tanto la Junta como el Ministerio de Agricultura aseguran que están trabajando para defender los intereses del sector. «Todo el mundo ve que es un aviso a navegantes y van a por más productos, aunque han empezado por las tres empresas andaluzas más competitivas en el sector», aseguró la presidenta andaluza, Susana Díaz, la semana pasada durante un viaje a Bruselas. «La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ha mostrado una gran sensibilidad con este problema y la coordinación es absoluta con la Unión Europea y con el Gobierno de España para mitigar el daño», dijo la política.

Fuente: El País