Mandar un WhatsApp, ver una película en Netflix, comprar un vestido en la web de Zara, leer un email, consultar Google Map, subir una foto a Instagram… todo lleva a la nube, a los centros de datos, donde grandes servidores almacenan y gestionan millones y millones de datos para que internet disponga y distribuya la información en toda la comunidad interconectada. Cualquier incidencia en uno de estos centros puede ser la hecatombe para una sociedad y una economía totalmente digitalizada.
“Si nos caemos nosotros, se cae el 60% del tráfico de internet. Se paran los cajeros, las señales de tráfico…, se paran miles de servicios online, y eso supone miles de millones de euros de pérdidas”, señala a CincoDías Markel Gruber, director general en España de Global Switch, una de las grandes empresas de centros de datos del mundo.
Gruber define los centros de datos como el “corazón de internet”, y por ello, dice, “es fundamental que siempre estén disponibles”. ¿Pero quién guarda y custodia toda esa ingente cantidad de información? A nivel global, los titanes de esta industria son Equinix, Global Switch, Interxion, NTT, Realtytrac y CyrusOne. De ellos, solo los tres primeros están presentes en España con centros propios (Equinix a través de la compra de la española Itconic en septiembre de 2017), y NTT, la japonesa, a través de Global Switch. Y es que estas empresas alquilan espacio y potencia en sus centros a gigantes como Google, Amazon, Facebook, Microsoft o Fujitsu, que ofrecen sus servicios cloud tanto a través de centros propios como de espacios alquilados a terceros.
¿Y dónde está la nube en España? La infografía que acompaña esta información recoge los 44 data centers más importantes del país (por volumen de empleo y facturación), localizados por comunidades autónomas, según la plataforma de información de esta industria DCD (DatacenterDynamics). Estos centros dan servicio a la mayoría de las grandes compañías españolas del Ibex 35.
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José Luis Friebel, managing director de DCD para España y Latinoamérica, aclara que el mercado madrileño de centros de datos es el más grande de España. Alcanza casi los 37.700 metros cuadrados operativos. En la capital española se registran una veintena de data centers de proveedores de servicios, suministrando 42 megavatios, y muchos de ellos tienen planes para crecer, continúa Friebel, quien señala que se prevé que los proveedores existentes añadan 10.776 m2 para entrar en operación antes de finales de 2018.
Friebel advierte que, junto a Madrid, Barcelona también congrega un alto número de centros de datos, y que conviene destacar el protagonismo que están asumiendo en el mercado ciudades como Valencia y, más recientemente, el norte de España, con focos en el País Vasco y Cantabria, donde se están desarrollando importantes proyectos.
A Ricardo Abad, managing director de Quark, una de las principales empresas europeas de diseño de centros de datos, no le cabe ninguna duda de que 2018 “va a ser el mejor año de la historia de los data centers en España”. Y dice saber de lo que habla. Se refiere a la carga de trabajo que tiene Quark, pero que es confidencial.
Madrid y Barcelona congregan el mayor número de centros de datos en España, pero Valencia, País Vasco y Cantabria toman protagonismo
También Gruber y Friebel están convencidos de que España va a ocupar un papel importante, dentro de Europa, en el mercado de los centros de datos. Según coinciden los expertos consultados, hasta hace poco, España “era el patito feo”. Todos los proyectos de centros de datos que se ponían en marcha en Europa se iban a Reino Unido, Alemania, Francia, pero ahora todos los diferentes operadores de centros de datos multiinquilino están considerando España.
Las razones que respaldan este interés es la llegada a la península Ibérica de tres nuevos cables submarinos: Marea (desplegado por Microsoft, Facebook y Telefónica, y que llegó a las costas españolas el pasado 13 de junio), EllaLink y Orval. Los tres cables conectarán el país con EEUU (en concreto, con Virginia), Latinoamérica (Brasil) y el norte de África (Argelia), respectivamente. “Eso hace que España esté muy bien conectado a cuatro continentes, lo que nos convierte en un hub real de tráfico de datos”, subraya el directivo de Global Switch, y afirma que “España está en los planes de expansión de los grandes jugadores del sector”, gracias a esa mejora de conectividad del país.
Precisamente, esta parece que fue una de las principales razones que llevó al gigante estadounidense Equinix a comprar a la española Itconic. El presidente de la compañía resaltó la importancia de esta mejora en la conectividad del país con las tres regiones adicionales además de Europa para llevar a cabo la operación, dice Abad.
Para este experto, en cualquier caso, la conectividad no es la única causa que está animando el negocio de centros de datos en España. El ejecutivo de Quark advierte al menos otras tres razones. La primera, la fuerte demanda de los servicios de cloud. “Durante el pasado año se produjo un gran impulso en el negocio de los proveedores de servicios cloud (CSP). El uso de servicios en la nube ya no solo se circunscribe al negocio de startups nativas en la nube, sino que está creciendo de forma muy rápida en grandes empresas de todos los sectores”.
Abad pone el ejemplo de Amazon, que hizo público grandes contratos con empresas como General Electric, Walt Disney, Toyota y otras, y Microsoft hizo lo mismo con United Technologies, Bank of America y UBS. En España, se hicieron públicos acuerdos entre Amazon y BBVA, Openbank y Endesa, por ejemplo. “La consecuencia de este fenómeno ha sido que el crecimiento del negocio de los grandes proveedores de servicios cloud ha sido del 40%el año pasado”, apunta Abad.
El big data, el internet de las cosas, la inteligencia artificial llevan a una mayor inversión en centros de datos
Este experto coincide en su análisis con Gruber: la demanda de los servicios cloud se ha disparado tanto, que se ha producido un cambio de estrategia en la mayoría de los grandes CSP, que han pasado de construirse sus propios centros a tener que recurrir a los operadores de colocation, aquellos que alquilan espacio y potencia, para asegurarse la posibilidad de crecimiento en el futuro.
“Es la única forma de que puedan realizar un despliegue masivo en un tiempo corto, y en este mercado es importantísimo el time to market”, dice Abad, quien resalta que durante el año pasado en EEUU –un mercado que saca en este tipo de servicio aproximadamente dos años de adelanto a Europa–, los proveedores de servicios cloud contrataron 350 MW de potencia a los proveedores de centros de datos neutrales. “Y este fenómeno está llegando a Europa desde el año pasado, dado que los clientes de estos CSP son globales y les tienen que dar servicio en todo el mundo”.
Esta evolución del sector explica la oleada de fusiones y adquisiciones que se han llevado a cabo en el sector en los dos últimos años. Solo en 2017 se produjeron algunas por valor de más de 10.000 millones de dólares. Entre ellas destacan la compra de DuPont Fabros Technology por parte de Digital Realty Trust por 7.600 millones de dólares, la de IO Data Centers por parte de Iron Mountain (1.300 millones de dólares), la compra de Metronoce por parte de Equinix (800 millones) y la adquisición de Zenium por parte de Cyrus One (440 millones). En España, se produjo la citada compra de Itconic por 215 millones de euros en efectivo.
Centros corporativos, más inversión
Las otras dos razones que, según Abad, tirarán fuertemente del mercado en España tienen que ver con la Administración pública y los centros de datos corporativos. “Después de varios años de parálisis debido a la crisis y a problemas políticos, se está produciendo un repunte en la construcción de data centers en el sector público español. Por ejemplo, Quark está involucrada en los centros de datos de la AEAT, Ministerio de Hacienda, Centro de Computación de la UAM, CSIC y Bombers de Valencia. Y otras compañías están trabajando en el nuevo centro de datos de Metro de Madrid y Ministerio del Interior».
En cuanto a los centros de datos corporativos, el responsable de Quark apunta que la crisis produjo una parálisis. “Pero las empresas están mejorando sus resultados y ello supone que tienen más posibilidades de inversión, y esto se está reflejando en la construcción de nuevos centros de datos. Inditex, por ejemplo, es cliente nuestro y está invirtiendo mucho por su crecimiento y la automatización que tiene de todos sus procesos”.
Abad afirma que su empresa tiene encargos para diseñar nuevas instalaciones. En cualquier caso, aclara que de aquí a final de año lo que se va a ver son las ampliaciones de casi todos los centros de datos actuales, “pero para 2019 preveo que habrá tres o cuatro nuevos grandes data centers en España”.
Servicios, desafíos y tendencias
Centro de supercomputación de Barcelona MareNostrum.
El big data, el internet de las cosas, la inteligencia artificial y leyes como la nueva normativa europea de protección de datos (que obliga a los proveedores a tener presencia en la UE) están llevando a una mayor inversión en centros de datos. Los servicios principales que se ofrecen desde los data centers neutrales son proveer espacio técnicamente preparado para dar una determinada potencia eléctrica, que es muy alta, y mucha conectividad con diferentes operadores. “A los centros de datos que alquilan espacio pueden llegarles más de 70-80 operadores de telecomunicaciones”, dice Abad. Así, un cliente que se aloje ahí puede tener contratos con diferentes operadoras para atender distintos mercados. Además, permiten a las empresas conectarse a varias plataformas cloud (Amazon Web Services, Azure, etc.), “algo complicado y costoso de hacer en un centro propio”, continúa este experto.
Los data centers están igualmente preparados para resistir cualquier fallo eléctrico, cuentan con un 24/7 y están construidos como si fueran búnkeres. Aun así, hay percances: “Cuando se caen WhatsApp, el servicio de Netflix o el de Skype, por detrás suele haber un corte de suministro eléctrico o un problema en la refrigeración. Esto es justo lo que mi empresa debe evitar”, señala Abad.
Aunque esta es una industria madura, vive en constante cambio. Entre las tendencias, destaca el cloud abierto. “Muchas empresas ven en el cloud computing un impulsor imprescindible del crecimiento, aunque se busca una nube que permita libertad de elección a los usuarios”, dice el Managing Director de DCD, José Luis Friebel, quien apunta otro nuevo término del que se está hablando ahora mucho: el edge computing, que permite que los datos producidos por los dispositivos que forman el internet de las cosas se procesen más cerca de donde se crean en lugar de enviarlos a través de largos recorridos para que lleguen a los centros de datos. “Se tiende a centros más pequeños y localizados. Son los centros próximos al origen [de los datos], en la primera milla, para distribuirlos en la red”, dice Gruber.
Este experto lo tiene claro: «El centro de datos es un poco como la cocina. En ella hay cocina casera, de mercado, nouvelle cuisine… y se cocina lo que hay en cada momento. El internet de las cosas, la inteligencia artificial, el blockchain, son nuevas capacidades, pero el centro de datos estará siempre presente, porque será el repositorio de todo eso».
Fuente: Cinco Días