Según la RAE sueño dorado significa anhelo, ilusión halagüeña, desiderátum. O lo que es lo mismo: deseo o aspiración que aún no se ha cumplido.

Entre las personas involucradas en los procesos de transformación digital -ya sea desde la divulgación y/o implementación- que pecan de optimismo humanista cuando hacen proyecciones sobre el futuro del trabajo, existe también un lugar al que mirar, una referencia, un ideal… Algo por lo que merece la pena transitar el necesario pero a la vez complejo camino del cambio organizacional empresarial.

Ese sueño tiene un nombre: Organización Teal. El tipo de empresa más evolucionada (desde la perspectiva humana, que es la que marca precisamente nuestra evolución) y que Frederic Laloux explica brillantemente en su libro Reinventar las Organizaciones (Arpa). Una nueva manera de entender el trabajo basado en la autogestión y estrategia evolutiva, aplicable a gran o pequeña empresa de cualquier sector. Pero el futuro del trabajo debe contemplar otro importante factor que emerge de manera imparable en este nuevo ecosistema laboral impulsado por lo digital: la fuerza de trabajadores independientes (especialmente knowmads, trabajadores del conocimiento) que trabajan por colaboración o proyectos.

Según estudios de la OCDE en la Unión Europea los autónomos representan ya el 16.1% de la fuerza laboral, mientras que en países como Estados Unidos alcanza el 35%. En España también crece si bien a un ritmo sensiblemente menor. En 2017 hubo 15.000 nuevos autónomos; un 0,5% frente al 4% del empleo asalariado, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Pese a todas las dificultades, como una insuficiente Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo RETA, la tendencia está ahí: según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) para 2018 se estima habrá unos 70.000 autónomos más,que generarán alrededor de 75.000 empleos asalariados.

Un colectivo que, al igual que le ocurre a la organización tradicional, también necesita renovarse, digitalizarse e humanizarse.

Es en la suma de ambas realidades, organizaciones Teal y trabajadores independientes evolucionados, donde encontraríamos la propuesta de comienzo (a sumar con otras propuestas) de un futuro laboral más armónico, saludable y productivo que el construido hasta la fecha.

  • Transformación digital como evolución

Partamos de una realidad indiscutible: la revolución tecnología está facilitando una nueva manera de entender el trabajo (en eso consiste realmente la transformación digital: en un cambio organizacional) basándonos en los principios de colaboración, flexibilidad, libertad, transparencia, humanidad, redarquía, digitalización… Para aprender, mejorar, descubrir, participar, disfrutar, crear, innovar, sumar. No solo producir. No solo generar. No solo facturar. No solo.

Evolucionar significa superar nuestra manera de organizarnos según es más compleja la realidad en la que nos movemos. Y en esta realidad líquida y cambiante del s. XXI están dejando de funcionar las organizaciones empresariales “tradicionales” (clasificadas por colores según Laloux), que sí encajaron y tuvieron sentido en otras épocas. En términos de evolución humana, las empresas más “primitivas” tienen una visión del mundo inamovible, en la que unos ganan y otros pierden. Las empresas líquidas son más integradora y tolerantes, desarrollando una manera de ver el mundo más compleja, entendiendo la organización como un sistema vivo en el que importan todos sus integrantes.

  • Un sistema vivo + humanizado + organizado + autogestionado.

Las organizaciones Teal implican un profundo cambio de nuestra visión del mundo pues rompe todos los paradigmas con los que hemos crecido y experimentado las generaciones más senior. Ya existen al menos 12 empresas 100% Teal que son totalmente rentables y con altos índices de felicidad entre sus empleados.

Sólo 12, es cierto. Sentimos que estamos a años luz de este tipo de empresas pero a la vez, ahora mismo, estamos experimentando otro salto histórico en la organización del trabajo. Porque la EVOLUCIÓN y adaptación a un nuevo entorno, es inevitable.

  • ¿En qué consiste el ‘paradigma Teal evolutivo’?

Anima a desprenderse de las ideas preconcebidas de lo que deben ser los entornos de trabajo para fomentar la escucha activa (autenticidad, conectar con el propósito); a amansar el ego y el poder mal entendido para aprender a confiar; a que nos importe el cómo impactamos en los demás, en el entorno social.

La compañía Teal se centra entres avances:

1- Autogestión: la estructura de trabajo no es piramidal ni jerárquica, sino redárquica (distribuida en red, potencia la inteligencia colectiva, la escucha activa, la aportación de cada miembro es relevante).

2- Plenitud: los profesionales no adquieren roles de personalidad preestablecidos y buscan su propósito de vida laboral.

3- Estrategia evolutiva: En vez de intentar predecir y controlar el futuro, se invita a los profesionales a escuchar y entender la tendencia de la organización, para ir adaptándose a nuevas realidades de manera flexible y orgánica.

  • Trabajadores independientes, mismos retos

Los profesionales, al igual que las organizaciones, también necesitan cambiar y adquirir nuevas skills, habilidades y competencias que se integren mejor en este nuevo panorama profesional. El perfil que mejor encaja en este future of work es el Knowmad: colaborativo, digital, social, generoso, autogestor, creativo… Término desarrollado por el sociólogo norteamericano John Moravec que ahora empieza a cobrar todo su sentido.

Prefiero enfocar el concepto knowmad como mentalidad, no como perfil, por dos cuestiones:

1º Porque todos formamos parte del mismo ecosistema vivo que se retroalimenta. La empresa evoluciona y junto a ella quienes la habitan (todos los stakeholders).

2º Porque en los próximos años no solo cambiaremos de empresas, sino también de sectores y por supuesto de estadio laboral. Estar unos años como autónomo, después volver a tener un contrato fijo, ser freelance a tiempo parcial…

Todas las combinaciones serán posibles. La pregunta es : ¿estamos preparados para transitar por distintos modelos profesionales?

Autónomos, freelancers, trabajadores independientes…. Son profesionales que deben también evolucionar su forma de pensar, actuar y relacionarse (entre ellos y con las empresas) para adquirir una mentalidad knowmad. Para pasar del comportamiento antiguo, a menudo basado en la competitividad, individualismo, rígido y estático, a uno que fomente la flexibilidad mental, adaptabilidad al cambio, mejora de la autoestima profesional, el compartir sinergias y conocimientos (¡también entre profesionales del mismo sector!); para apoyarse en la fuerza e inteligencia colectiva, mejorar las competencias digitales, saber conectar los valores y talentos con el servicio ofrecido, capacidad de aprender cosas nuevas continuamente y dignificar por todo ello el valor del trabajo.

En resumen: encaminarse hacia el Teal.

– Ser autogestores

– Conectar con la plenitud del trabajo

– Tener una estrategia evolutiva

Y lo más importante: una estrategia colaborativa con otros trabajadores autónomos, que nos ayude a adquirir mejores conocimientos, mayores sinergias, generar comunidades de crecimiento y apoyo… Y más fuerza por lo tanto para dignificar salarios/ fees/ facturas/pagos. Uno de los problemas más devastadores que tiene el freelance (especialmente en profesiones creativas) es la devaluación de precios incentivados por tantos marketplaces abusivos inspirados en el “modelo turco”. Se devalúan los precios, bajan los estándares de calidad y se tira para abajo inspiración, talento y calidad humana. Como dicen en Malt.es, startup digital pionera en conectar empresa y freelance local desde la mejora de la calidad humana de este colectivo, “el talento no es una mercancía. No se devalúa. No se subcontrata. No se automatiza. No debiera haber necesidad de concursar en ninguna puja para ganar un proyecto, y mucho menos de trabajar gratis”. ¿Cuánta responsabilidad tenemos en verdad, cada uno de nosotros? ¿Dónde y qué compramos? ¿Tratamos al otro como nos gustaría ser tratados?..

Aún estamos lejos de la solución, pero tenemos referentes y reflexiones individuales que hacernos y colectivas que poner sobre la mesa. Ojalá nos pille en activo ese día en que exista una colaboración a escala y sostenible para un bien mayor para generar un impacto positivo en todo el tejido empresarial y social. Y que lo que hoy es utopía se convierta en, sencillamente, natural evolución humana.

Fuente: El País